Y yo que me creía rebelde.
Todo pasa en cámara lenta frente a mis ojos. Un guardia llega con un extintor y apunta hacia la llama de fuego creciente, soltando aquella sustancia blanca que poco a poco evapora todo rastro de fuego.
La sonrisa de Carmel se apaga al ver que la llamarada desapareció y solo se dedica a observar seria los restos de la cortina quemada, con la cabeza ladeada por un interrogante que desconozco.
Me pregunto qué es lo que pasa por su cabeza y qué la llevó a querer quemar su propia casa...
—Piromanía. —susurra mi hermano a mi lado, observando la escena que transcurre a nuestro alrededor.
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En cuanto el episodio en la casa de los Richardson llegó al clímax de descontrol, me escabullí entre el montón de empleados y guardias que rodeaban el lugar y me marché de la casa. Volví a la mansión a paso apresurado, estoy preocupada por Hank y su repentina huida, él no es un hombre que se vaya sin despedirse y eso me confirma que sea lo que sea que pasó allí adentro, es grave.
Lo encuentro en una de las torres de la mansión, me he dado cuenta de que es su lugar favorito, ya que pasa incontables cantidades de tiempo aquí, mirando el horizonte.
Cuando Hank me habla sobre su muerte, un nudo de emociones se aloja en la boca de mi estómago. Siento náuseas al imaginar la clase de tortura que debe haber vivido y las lágrimas pican en mis ojos.
Me alegra saber que él confía en mí lo suficiente como para contarme algo tan... personal. Usualmente, los muertos con los que he interactuado únicamente me pedían cosas que no podía darles, favores. No hablaban de ellos, no decían más que su nombre, si tenía suerte.
Por otro lado, siento furia. Y esta emoción es la que más prevalece. Su apellido queda pintado en mi lengua como un recuerdo que deja marca.
Richardson.
Y, por último, odio a la vida por ser tan injusta con él, por jugar con sus sentimientos como si fuera algo digno de su entretenimiento. La odio.
Dejándome llevar por mis emociones, le propongo algo. Sé que no me traerá nada bueno, y que es posible que me esté metiendo en aguas turbias, pero aun así hay algo dentro de mí que me grita que debo ayudarlo, que no puedo dejarlo solo y a la intemperie, rodeado de un mundo en el que él es invisible, rodeado de fantasmas de lo que fue y no pudo ser. Simplemente, no puedo.
Ver la ilusión reflejada en sus ojos cuando ambos coincidimos en buscar los papeles agita mi corazón de una manera nueva.
Con el pasar de los días, mi vínculo con el fantasma va creciendo de a pequeños pasos. Entre discusiones tontas a las cuales me voy acostumbrando, conversaciones casuales o solo el silencio de su compañía, el hilo de conexión entre nosotros va volviéndose más firme. No puedo decir que somos amigos, pero no estamos lejos de serlo, aunque por mi bien sé que no debe ser así.
Cuando acabamos nuestra búsqueda sin resultados, trato de ser optimista y no dejarme vencer por una sola batalla perdida, así que, con entusiasmo, intento trasmitírselo.
—Bien, supongo que seguiremos mañana. No te preocupes, los encontrarem... —La voz grave de mi hermano a nuestras espaldas nos interrumpe, dejándome tiesa en el medio de la habitación.
—¿Abbie? ¿Con quién hablas? —Me giro con rapidez y trato de no hacer notar mi desesperación al ser descubierta hablando con Hank. Mi hermano no puede saberlo, todo se irá a la mierda si él se entera.
KAMU SEDANG MEMBACA
Loop
RomansaLoop. "Mors ultima linea rerum est". ¿Qué tan lejos puede llegar el alma del cuerpo? ¿Y qué tanto tardaría la muerte en alcanzarla? *Por favor, no copies ni uses contenido que no te pertenece. Sé original. *Está prohibido la copia, adaptación total...
〔XII〕
Mulai dari awal
