Hank Hawthorne
En la actualidad, siglo XXI
La señorita no ha querido responder ninguna de mis preguntas y me ha ignorado todo el tiempo hasta que decidió subir a mi habitación. La muy atrevida ni me ha pedido permiso y ha acomodado lo que restaba de la ropa sobre la cama mientras yo me encargaba de transmitirle todo mi odio con la mirada. Porque es lo único que me queda además de mi presencia inútil.
—Vete, me voy a vestir. —Me cruzo de brazos y aprieto los labios, no pienso moverme de aquí. Es mi habitación, ¿por qué debería?
—Esta es mi habitación, cámbiese en otro lugar.
—Bien, si no te irás me cambiaré aquí... Disfruta el espectáculo, cariño. —Frunzo el ceño sin poder creer las barbaridades que salen de esa delicada boca, y observo descolocado como la joven comienza a deslizar su extraño vestido por su cuerpo, con la intención de desvestirse frente a mis ojos. Por supuesto que apenas adivino sus atrevidas intenciones me volteo con rapidez, con los músculos tensos y un cosquilleo en el estómago.
He visto a una mujer desnudarse frente a mí antes, pero era una arpía malvada y loca. Con esta joven... Es distinto, no la conozco.
—¡¿Está loca?! —Alzo mi voz y controlo el temblor en ella para que no se note lo nervioso que me encuentro. La ropa de la joven cae al suelo con un sonido ligero que hace que me tense al imaginar lo que hay detrás de mi espalda.
—¿Por qué no me hablas con formalidad? Es raro.
Algunas personas, a diferencia de usted, tenemos modales. Quiero decir, mas sé que intentar enseñarle el respeto básico a una niñata inculta es lo mismo que enseñarle a un mono a usar corbata.
—Porque así me educaron. —resumo.
—Pues, querido... no sé tu nombre, en la actualidad ya no se utilizan esos tratos. He terminado, puedes voltear. —Me volteo con cuidado, temiendo que esta atrevida jovencita aún esté en paños menores.
—Mi nombre es Hank Hawthorne. —Me tomo la molestia de aclararlo. Aunque intente disimularlo, un nudo se instala en mi pecho al ser consciente de que no he dicho aquello en mucho tiempo—. Además, no puede importarme menos qué se use o no en la actualidad.
¿Por qué habría de importarme lo que se usa, hace o dice en este momento? Nadie va a oírme, verme o juzgarme, de todos modos.
No me interesa si la exhibición de piel está de moda.
Le echo una ojeada fugaz a su figura.
No me interesa si ahora lo salvaje está de moda.
Observo su cabello enmarañado en un recogido horrendo.
No me interesa los estereotipos de belleza, ni mucho menos cómo educan los padres a sus hijos.
Mis ojos pasean por sus ojos, nariz y boca, esa boca que larga improperios cada dos segundos.
No me interesa porque no soy parte de ello.
La joven me recorre con la mirada desde los pies hasta la cabeza. A diferencia de mí, ella no se molesta en ocultar su descarada repasada con ningún gesto.
Ladea la cabeza cuando reparo en lo que lleva puesto. Un pantalón con dibujos de osos tan infantil que amenaza con robarme una sonrisa y esa prenda enorme cubriendo la parte superior de su cuerpo, que parece la ropa de un vagabundo.
¿Ella realmente será pobre?
—Si estuvieras vivo, definitivamente habría ligado contigo. —Me aguanto las ganas de rodar los ojos. Que mujer tan aburrida, me recuerda a Carmel.
ESTÁS LEYENDO
Loop
RomanceLoop. "Mors ultima linea rerum est". ¿Qué tan lejos puede llegar el alma del cuerpo? ¿Y qué tanto tardaría la muerte en alcanzarla? *Por favor, no copies ni uses contenido que no te pertenece. Sé original. *Está prohibido la copia, adaptación total...
