Mi Corazón Es Tuyo

Parte 13

- Pasa - le dijo evitando su mirada.

Silencio.

- Stana por favor...

- Nathan, tu siempre piensas que todo es sencillo pero no, yo sufrí mucho y no sabes cuánto Kris me ayudo a superarte. - el la oía con atención - estos dos años hice hasta lo imposible para olvidarte y ya vez que no pude, pero no sé si puedo volver a confiar en ti, no quiero sufrir otra vez. - una solitaria lagrima cayo por su rostro.

Él podía sentir su dolor, pero quería hacerla entrar en razón.

Le acarició el rostro limpiando su lagrima, sintiéndola vulnerable y la abrazó.

- Ya hemos hablado de eso, sabes que fue el error más grande de mi vida, sé que me sigues amando. No voy a dejar que nunca más te partes de mí, me oíste? NUNCA. - ella se encontró con su mirada, quieta. - Te Amo Stana y aunque no lo creas te comprendo y se cómo te sientes pero no voy a dejar que ocultes tus sentimientos con Kris, no quiero que te partes de mí, no te das cuenta que tú eres mi vida. – y entonces volvió a encontrar en aquellos ojos la seguridad, protección y amor de siempre. Lo acaricio delicadamente, tratando de que el momento no terminara.

- sabes? Tengo miedo de todo. De lo que veo, de lo que hice, de quien soy. Y más que nada de salir y nunca volver a sentirme de la forma en la que me siento cuando estoy contigo.

- Pues no lo hagas, quédate conmigo, siempre. Y vivamos nuestro amor, nuestra fantasía - silencio - Te amo

El la escuchó contener su aliento. Stana estaba mirándolo fijamente, dejó sus dedos recorrer por su mejilla hacia abajo a sus labios, delineando la forma de su boca con la punta de su dedo índice. El sintió que su corazón se volteó.

- Yo también te amo, fui una tonta por tratarte así, pero me tienes que dar mi tiempo, mi espacio, tienes que entender que no es tan simple como parece.

- Lo se princesa y te voy a esperar el tiempo que sea necesario. - Se acercó a ella despacio, solo dejándose guiar por lo que le decía su corazón, sin rosarse, solo sintiéndose dueño del tiempo, disfrutando de la soledad.

- nunca más dudes de mis sentimientos y ni de lo que dicen mis ojos cuando te miran.

- Dime tu como voy a dudar de esos ojos que me enamoran.- inclino la cabeza hacia el, que replicó con el mismo gesto.

Cerró los ojos y cuando sus labios estaban a punto de rozar los de Nathan, este dice:

- Si me pides que te bese, lo haré.

- Bésame