De repente, mi entorno se difumina y ahora me encuentro en el vehículo. Mi hermano Austin va a mi lado enviándole mensajes de texto a sus amigos.
Miro por la ventana, los árboles bañados por la nieve me saludan con un aura tenebrosa. La carretera por la que viajamos está pintada de blanco, ese mismo blanco que se acumula sobre la naturaleza del bosque.
Papá habla, pero no lo escucho, estoy concentrada en el paisaje que veo por la ventana. La mala sensación en mi pecho va aumentando a medida que avanzamos.
¿Por qué me siento así?
De repente, me sacudo. Todo da vueltas, no logro ver nada más que mi entorno deformarse en un espiral confuso y nubloso.
Ahora, unas luces cubren el lugar. Mi cuerpo adolorido chocando contra el frío de la nieve, que está teñida de rojo.
Mi cabeza palpita mientras oigo un murmullo lejano, mi vista nublosa apenas puede captar pequeñas partes de mi alrededor. Unas luces rojas y azules proyectándose sobre mí, algunos gritos lejanos que no logro comprender retumban en lo más lejano de mi mente.
¿Qué sucede? ¿Mamá? ¿Papá? ¿Austin?
Ninguno responde. Ninguno me oye.
Despierto jadeando, con el corazón martillando fuerte dentro de mi pecho. Algunas lágrimas están acumuladas en mis ojos, pero las retengo y trago duro, arrastrando todas las malas sensaciones dentro de mí.
Volvió a pasar.
Últimamente las pesadillas se hacen más frecuentes y eso me asusta. No quiero volver a la época en donde todos los días las tenía, recordándome el dolor de mis memorias enterradas.
Me encuentro toda sudada, con el cabello pegado a la frente y la ropa a mi piel mojada, así que me dirijo a la ducha para borrar todo rastro de lo que ha pasado recién.
Austin no debe enterarse de esto. Si él supiera que las pesadillas volvieron... Dios, no. Se pondría insoportable.
Cierro la puerta del baño, abro las canillas y dejo que el vapor del agua caliente inunde el lugar mientras me despojo de mi ropa sucia y sudada. Me observo en el espejo, mi reflejo desnudo y delgado me devuelve una sonrisa triste.
Recuerdo cuando hace unos años atrás, la imagen en el espejo no mostraba nada más que una chica con un peso mucho mayor al de ahora, feliz. Una chica que siempre sonreía, a pesar de no cumplir con los estándares sociales, a pesar de recibir golpes y más golpes en su vida. Era una chica feliz, que amaba a su familia y a sus amigos y que se encontraba agradecida con la vida que le tocó.
Ese reflejo ha desaparecido, y no volverá.
Entro a la ducha y dejo que el agua se lleve mis recuerdos borrosos, aquellas memorias que yo misma enterré bien profundo en mi interior para que no vuelvan a mí. Pero mi plan falló, y lo confirmo ahora que comienzan a volver, torturándome de a pedacitos.
Apoyo la frente en la pared helada del baño y ahogo el sollozo que quiere salir de mi boca. Respiro profundo varias veces y trago unas cuantas más para evitar derrumbarme, porque sé que cuando lo haga no podré levantarme otra vez.
Salgo de la ducha y seco mi cuerpo con cuidado, mi piel se encuentra sensible por estar tanto tiempo en contacto con el agua caliente. Salgo de la habitación envuelta en una toalla y voy hasta los armarios, tomo un conjunto de ropa interior y escojo algunas prendas que me gustan.
Elijo una falda de terciopelo negra que se amolda a mi figura, llegándome bastante arriba de las rodillas, junto a una camiseta blanca debajo de una blusa de tiras negra, de tela fina y escote corazón. Dejo mis piernas al descubierto y me coloco unas botas de taco junto a unos delicados calcetines blancos. Por último, peino un poco mi cabello y levanto la mitad de él con un broche detrás de mi cabeza.
YOU ARE READING
Loop
RomanceLoop. "Mors ultima linea rerum est". ¿Qué tan lejos puede llegar el alma del cuerpo? ¿Y qué tanto tardaría la muerte en alcanzarla? *Por favor, no copies ni uses contenido que no te pertenece. Sé original. *Está prohibido la copia, adaptación total...
〔VIII〕
Start from the beginning
