Capítulo 78: No te vayas

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-Un pasó a la vez, nena-sonrió un poco y lo vi bajar las escaleras con esa gracia que tanto lo caracterizaba.

Tomé una bocanada de aire, y acaricié mi pecho donde mi corazón latía furiosamente.

Bajé las escaleras con piernas temblorosas, y encontré a Justin sentado en un taburete de la pequeña cocina rústica de la cabaña.

Tomé asiento frente a él en silencio, miraba la pantalla de su teléfono con ojos de frustración.

-Tu madre está preocupada por ti-murmuró a lo bajo y comenzó a teclear en su teléfono-le dire que estás conmigo

Por un segundo pensé en decirle que no lo haga, que sería mejor ahorrarnos las explicaciones de por qué estábamos solos, o juntos, pero en ese momento realmente daba igual todo.

-Bueno-dejó el teléfono a su lado y cruzó sus manos sobre la barra.

Sus dedos largos se movían incesantemente sobre la madera de la barra, como si estuviera nervioso o impaciente.

-Necesito encontrar a ese hijo de puta en este mismo momento-sus dientes apretados, y su mirada oscurecida fija en sus manos-así que te llevaré a tu casa, e iré a tener una plática con él

Temblé en mi lugar, primero, porque sabía que "platicar" tenía un significado completamente distinto para Justin que para cualquier otra persona habitante en el planeta.

En segundo lugar, porque sabía que su enfado se volvería aún peor cuando le contara lo que había intentado omitir.

-No creo que eso pueda suceder, al menos no por ahora-murmuré mirando mis manos, que permanecían en mi regazo.

Oí su quejido, más parecido a un gruñido, y elevé la vista a su rostro para encontrarme su expresión, que era de una ira inexplicable.

-No estoy protegiéndolo-espeté, antes de que él pudiera reclamar

-¿Entonces?-enarcó una ceja-deja que lo mate y vivamos tranquilos de una vez sin ese malnacido-se quejó.

Mordí mi labio inferior pensando en lo que iba a decir y abandoné su mirada iracunda una vez más, concentrándola en la tabla de madera frente a mi.

-Brad tiene fotografías, de nosotros...juntos

La respiración de Justin se volvió sorprendentemente sonora en el silencio que nos envolvía.

Lo miré a los ojos, y pienso que si quisiera describir su expresión no podría hacerlo realmente, porque jamás en los meses que llevaba de conocerlo lo había visto tan enojado.

Se puso de pie con la boca abierta, intentando encontrar aire dentro de su boca, su mano derecha comenzó a pasar incesantemente sobre su cabello, y su mano izquierda se posó en su cadera.

Me puse de pie lentamente, temiendo su reacción, me maldije por no haber escondido las llaves de su automóvil antes de decirle aquello, porque no sabía que era capaz de hacer Justin con Brad, y realmente temía que condujera como un demente para buscarlo.

-¿Qué clase de fotografías?-preguntó unos segundos después, pareciendo intentar calmarse para hallar sus palabras.

Él no se movía de su posición, su mirada estaba perdida y su mano no dejaba de pasar por su cabello despeinandolo, su gesto de frustración y enojo.

Me acerqué a él, y acaricié su mano que reposaba en su cadera, intentando calmarlo, porque sabía que no estaba expresando ni una mínima parte del cabreo que lo invadía en ese momento.

-Son de la fiesta de cumpleaños de Amber-comenté a lo bajo sin dejar de acariciar sus nudillos-cuando estábamos en la cocina...besándonos-apreté los labios y vi como el aire escapaba entre sus labios.

Justin frunció el ceño de pronto, y pareció verse confundido, giró alarmado para tenerme de frente

-¿Te amenazó con eso?-preguntó inclinándose para estar a mi altura y tomando mis brazos suavemente.

Asentí lentamente con la cabeza, y él gruñó en voz alta tomando su cabeza con sus manos.

-Suficiente, voy a matar a ese imbécil-gimió con voz grave y profunda, y lo vi caminar a grandes zancadas a la puerta de entrada.

Mierda

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|حيث تعيش القصص. اكتشف الآن