Capítulo 78: No te vayas

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Entendí que sin importar lo que fuéramos, su presencia era deslumbrante, luego de haberlo conocido la vida sin él sería sencillamente triste.

Evadí su mirada una vez más, expectante de su respuesta y temiendo a la misma vez.

Oí su suspiro largo, y su mano pasando por mi mejilla envío calor a todo mi cuerpo, su toque era electrizante sin importar cuantas veces lo hiciera.

-No lo sé-dijo finalmente-he decidido marcharme

Dijo lo que tanto temía, apreté mis ojos cerrados, como si hacerlo me sustrajera de esa realidad tan amarga que me rodeaba.

-...Pero realmente no lo sé-finalizó, sonando confundido.

Una punzada fuerte de esperanza golpeó mis sentidos, enviando choques de adrenalina por todo mi cuerpo.

Lo miré parpadeando rápido, sus ojos de confusión estudiándome.

-¿Por qué lo harías? No lo entiendo-me quejé frustrada.

Sentía como mis manos hormigueaban de la necesidad de tocarlo, de besarlo, de pasar mis manos por su hermoso cabello dorado.

-Bueno...-comenzó a hablar y pareció tardarse una eternidad para continuar-no puedo mentir, me has confundido mucho Emma

-¿Yo?-pregunte incrédula e indudablemente confundida.

Jamás creí tener algo que ver con su decisión, es decir, tampoco había tenido tiempo de pensar en que lo había motivado, pero ni en un millón de años hubiera creído que tuviera que ver, ni siquiera mínimamente, conmigo.

-Si, tú-dijo a lo bajo, con su voz grave y varonil, y tocó la punta de mi nariz con su dedo índice.

Volvió a pasar su mano por mi cabello suelto, haciéndome sentir en el paraíso.

-Tú, mi preciosa niña de ojos café, me tienes muy confundido

Sus ojos me observaban de esa manera que me hacía querer retorcer, y mi respiración dejó de existir ante sus palabras y su cercanía.

Mi mente revoloteó con miles de posibilidades, y un pequeñísimo faro de esperanza se prendió, con la loca idea de que él me quisiera de la misma manera que yo lo hacía.

-¿Yo?-susurré otra vez, sin poder procesar sus palabras.

Él sonrió de lado, sus ojos brillantes observándome con ternura.

-Si, tú-respondió riendo por nuestra conversación tan repetitiva, de pronto cambió su postura repentinamente-ya tendremos tiempo de hablar sobre eso

En ese momento se puso de pie, giró sobre sus pies y caminó hacia las escaleras, como dando por terminada la conversación.

Sentí la frustración crecer en mi pecho, deseaba oír sus razones para tomar esa decision, y sobre todo, necesitaba oír que se quedaría.

-Ey-me llamó de pie en el comienzo de las escaleras-ven aquí, necesito que hablemos sobre esto

-Yo quiero hablar sobre ti-murmuré, siendo consciente entonces de que estaba apretando la manta de la cama bajo mis puños.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora