«Capítulo 48.»

36 3 0
                                    

Yo creo que no. Pero, sin embargo, aquí estoy. Y no estoy mal, no estoy triste, estoy...¿confundida? Me voy a quedar un rato más en el sofá, entraré de nuevo en unos minutos.

Sigo con los ojos cerrados y noto que alguien se sienta en el sofá de enfrente. Pero los mantengo cerrados, no me interesa saber quién es. Hasta que no se vaya no lo haré yo, así me libro de tener que mirar.

Noto que pasan los minutos y esa persona sigue ahí. Me pone nerviosa no saber quién es, pero no me quiero arriesgar y tener que ver a alguien que no quiero ver.

Esa persona tose, me doy cuenta de que es una chica. ¿Me conocerá? O...¿es una al azar que ha salido para despejarse también? Cada vez tengo más ganas de mirar. Pero me vienen imágenes de posibles personas y se me quitan al instante. No quiero que venga nadie a hablarme, a enterarse de 'qué pasa', nada. Quiero estar sola. Me molesta mucho esa presencia.

Me levanto mirando al suelo y salgo rápidamente hacia el jardín en dirección a la acera. No he mirado, así que mejor. Voy a dar una vuelta a la manzana y volveré rápido a la fiesta.

Empiezo a andar despacio, la calle está oscura, solamente iluminada por las pocas farolas que tiene. Las casas con las ventanas encendidas, poca gente caminando, pasan coches de vez en cuando y alguna gente que todavía tiene que pasear a su perro. Todo tranquilo. Se oyen mis tacones y me incomoda bastante, siempre me ha molestado el sonido de los tacones en la calle. En fin, empiezo a analizar de alguna forma la situación:

Beth. Me alegro muchísimo por cómo le está yendo la noche. Está feliz e ilusionada, es lo que se merece hoy.

Thomas. Hacía mil años que no le veía, estoy tan feliz. En cuanto vuelva hablaremos largo y tendido.

Amanda. Viene de malas desde el principio. Hay gente que sólo vive para tener movidas con los demás. Allá ella, así le va, de hecho. Río para mis adentros y me siento mal en el fondo por alegrarme de que le vaya mal, pero es lo que hay.

Finn. Me ha caído muy bien, de hecho, bastante bien. Esta no será la última vez que hablemos. Los demás también son simpáticos, todos me han parecido geniales.

Evan. Evan. Evan. ¿Estamos enfadados? ¿Picados? ¿Molestos? Si hubiéramos seguido como amigos...¿habría sido así? No quiero pensar en el '¿y si...?', pero no puedo evitarlo...es increíble que no llevemos saliendo ni un mes y ya estemos en esta situación.

Ya queda menos para llegar otra vez a casa de Jack, estoy a medio camino, pero puedo escuchar otros tacones detrás de mí, lejos, pero están.

Me paro y escucho, y disimulo como si se me hubiera caído un pendiente al suelo. Los tacones se han dejado de escuchar: se ha parado. ¿La chica de antes? Joder. Qué miedo. No me voy a girar de todas formas.

Sigo andando y acelero mi paso. Ahora voy a entrar en casa de Jack y todo va a ir bien. Esta vez sí. Al rato llego, me había olvidado de esa chica...bueno, ahora tampoco me voy a preocupar. Busco caras conocidas y en cuando veo a Diana, voy hacia allá. Le sonrío y cojo otra copa. Están todos juntos, como la última vez antes de salir a tomar el aire, y seguí su ritmo bailando y sin preocuparme de lo demás.

Steven se agarra a los hombros de Diana, y esta a los de Sam, yo me agarro a los de Steven y empezamos una conga a la que se va uniendo cada vez más gente. No puedo parar de reírme, es buenísimo. Vamos recorriendo de alguna forma todo el salón, viendo a todo el mundo feliz y sonriendo. Detrás de mí está Beth, y detrás de ella Matt, giro la cabeza y ambas nos reímos. Veo mientras tanto a todo el mundo, la fila es tan larga que nos vamos encontrando ambas filas como si estuviéramos haciendo una 'U' muy estrecha, mirándonos y cantando mientras nos reímos. Es una forma de estar todos juntos y...no sé, me gusta. Aún así, me falta por ver a alguien.

En uno de los instantes, entre la gente, veo cómo Amanda está cogiendo a Evan de la mano y llevándole a algún sitio. Mi cara cambia completamente. No me fio para nada de ella, y Evan habrá bebido ya unas copas...tengo un mal presentimiento, pero tampoco quiero sacar las cosas de quicio...lo que me faltaba. Parece que mi destino es acabar siempre mal, triste, hecha una mierda, y sufriendo. Siempre sufriendo.

No voy a salirme de la conga ahora, me lo estoy pasando realmente bien, allá él y lo que haga. Sus actos, sus consecuencias.

Returning.Where stories live. Discover now