«Capítulo 34: why can't you see? You belong with me.»

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Le busco por todo el salón con la mirada, pero no le veo en ninguna parte.

-Creo que se ha ido.- me giro y Beth me sonríe.

-Oh...gracias.- le sonrío de vuelta. Me alegro de oírlo porque así mañana lo hablamos con más tranquilidad y estaremos mucho más relajados...Pero hay un inconveniente.- Ahora vengo...

Voy a las escaleras y marco el número de Evan.

-¿Maddie?- responde a los dos segundos.

-Hola Evan...eh...esto...ah, que se supone que hoy duermo en tu casa, ¿te acuerdas? Me acaban de decir que te has ido y nuestros padres se van a ver mañana seguramente... -es lo malo de que los padres de tus amigos se lleven bien entre ellos-, ¿qué hacemos?

-Tienes razón, pues cuando te vayas a ir me llamas y voy a por ti.

-¿No te importa?- que tenga coche es una gran ventaja.

-¿Y me lo preguntas a estas alturas?- se ríe.

Yo también me río.

-Tienes razón...muchas gracias, anda. Luego te aviso...

-Vale, adiós...

-Adiós...

Noto que sigue callado al otro lado. Yo tampoco cuelgo.

-¿No vas a colgar o qué?- sonríe al otro lado de la línea.

-No hasta que tú lo hagas.

-Qué tonta eres.- se ríe.

-Ah...- le imito.

-No voy a colgar...

-Pues allá tú...

-Por favor esto es increíble JAJAJAJA.

-¡Sí pero cuelga!- me río también.

-No.

-Bien, adiós.- y cuelgo. Ay, espero no haberle parecido borde o algo...

Me entra otra llamada suya, lo cojo.

-Adiós.- y cuelga. Empiezo a reírme en medio de las escaleras: y tenía que ser Evan.

La fiesta sigue con normalidad, todo va perfecto, ahora sí que nada va a estropearlo. Pronto llegan las cinco de la mañana y decido llamar a Evan para que venga...no quiero que esté mucho tiempo despierto esperando

Me despido en general y le espero en la entrada. Al poco tiempo veo su coche y me acerco corriendo. Me sonríe, le imito y me subo. Nos quedamos en silencio hasta que llegamos a su casa. Abre la puerta y subimos a su habitación con cuidado para no despertar a su familia.

-Evan...

-Dime.

-No tengo pijama.

-No hay problema, a ver qué tenemos por aquí...

Al poco rato me trae unos pantalones con los que entrena para jugar al fútbol y una camiseta también suya.

-Ya verás qué pintas voy a tener con esto...

-Oye, eres una quejica. Además, te queda todo lo que te pongas bien.- me sonrojo y me lo pongo todo. ¡Parezco un palo cubierto con sábanas enormes!

Me río de mí misma y Evan hace lo mismo. Me meto en su cama y al rato viene él también. Nos tapamos con la manta y me abrazo, como siempre, a su cintura. Él me atrae hacia sí como siempre también.

-Hasta mañana, Maddie...

-Hasta mañana, Evan.- le agarro la mano que tiene en mi cintura y me quedo dormida a los...¿diez segundos?

Returning.Where stories live. Discover now