Perdón

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Para Alba todo parecía un mal sueño. Caminaba del brazo de Jacob para todos lados, irónicamente era la única persona a quien Abel podría confiarle su cuidado. La condena de Pedro se dio entre la calma de casi todos, y digo casi porque para la madre de los Villegas, no había ninguna culpable más que ella.

-Nuestra vida seria mejor si hubieras muerto- soltó sin piedad Eliza Villegas cuando la vio salir junto con su actual escolta- Maldigo el momento en que desee que fueras parte de mi familia, no has traído mas que destrucción y dolor, hiciste pelear a dos hermanos que se amaban y pusiste a mi hija menor en mi contra... no tienes corazón, ni escrúpulos, eres basura- 

-Perdón- soltaba como si fuera un tipo de palabra mágica, por cada palabra que doña Eliza soltaba con odio ella pedía perdón cubriéndose el rostro con esas manos amoratadas que Pedro le había reventado con la fusta. 

Abel la envolvió en sus brazos intentando no tambalearse con el esfuerzo de estar en pie, le  susurraba que no era culpa suya, que no lo tomara en cuenta, y ese acto lleno de calma a sus abuelos, se había vuelto su sombra aunque no pudiese ni caminar bien aun.  "Estarán bien" le susurro doña Martina a su esposo mientras veía que en medio de todo ese odio, el amor que sentían uno por el otro los mantenía de pie. 

Al terminar de atestiguar la mano de la señora se estrelló en el rostro de su hijo mayor, reclamando el haber atestiguado contra su propio hermano "No me educaste para ser un mentiroso" le contesto y siguiendo a Jacob quien se apresuraba a sacar a la joven del lugar dejando a su madre detrás.

Doña Martina y Don Modesto Viajaron con Alba a Houston. Jamás se sintió tan feliz de tener un lugar seguro al cual llegar. Magdalena y Vincent se quedaron días más en Las palmas intentando mitigar todo el desorden familiar que los 8 años de prisión del segundo hijo dejaba detrás.

-¿Que pasara ahora?- pregunto Tomas al ver a Santiago, Abel, Tomas Magdalena y Vincent sentados en el traspatio de la casa

-Debemos seguir adelante- dijo Santiago sin apartar la mirada de la lata de cerveza que tenia delante

-Creo que yo nunca lo dije- comenzó Abel- y me molesta mucho esa palabra, cada vez que escucho a mi chula decirla quisiera arrancarle la piel a quien le provoca pronunciarla... pero ahora... en estos momentos que estamos aquí, no puedo evitar pensar que debo pedirles que me perdonen...- 

-Tu no tienes la culpa de nada, no podemos elegir de quien enamorarnos...- dijo Santiago dando una mirada de alivio a Abel.

-¿Estarás bien hermano?- pregunto Tomas como si esas dudas le taladraran la cabeza

-No lo se, cada vez que veo a Alba quiero matarlo con mis propias manos, pero me siento culpable de llevarle a esos extremos... creo que necesitare un tiempo antes de pararme entero frente a ella-

-¿Le dejaras?- dijo Magdalena angustiada separándose del abrazo de Belmont

-No, solo me quedare por aquí un tiempo, necesito estar bien física y emocionalmente, y ella también- 

-¿Porque no hacerlo juntos?- se cuestiono Santiago

-Porque hemos hecho tanto daño que quizá al estar separados podremos comprender que no ha sido culpa nuestra...-

Todos guardaron silencio viendo como las manos de Abel se llenaban de lagrimas. Jamás olvidaría esa imagen donde a lo lejos pudo ver a su hermano despedazando a la mujer que amaba, quería poder correr mas rápido en ese momento, quería que las manos de Alba no tuvieran esos moretones, que no tuviera que cubrir esas mordidas asquerosas en su cuello... y en todo eso algunas veces deseaba no haberla conocido... Así sin él en medio, ella estaría bien.

Pero esos eran solo deseos y malos recuerdos, ambos estaban en el aquí y en el ahora, y no podían volver atrás, era momento de seguir adelante, no importaba como, no importaba donde, pero seguir...

Las noches y los días pasaron por La ilusión como si buscaran regresar el tiempo. Jacob estaba nuevamente en casa, su abuelo y su abuela se habían adaptado al lugar como si fuera para ellos. Doña lucí y Magdalena se escuchaban riendo mientras desayunaban y ese día temprano llegaba Belmont como antes. 

Jacob y Abel habían hecho un trato, le cuidaría mientras organizaban el infierno que existía a días en El Paraíso. Magdalena se negó a quedarse a apoyar a una madre que no daba de si, y prefirió regresar a los brazos del lugar que siempre tuvo una taza de café o una sonrisa para ella.

-Abi- entro Jasón a su alcoba con un ramo de flores

-Jay... lamento no haber podido escribirte antes, apenas estoy regresando en mí- se apresuro a recibirle

-¿Pero que dices?- dijo sentándose en la orilla de la cama- eso no importa, lo que importa es que estés bien, no quería crear bullicio a tu alrededor. Estoy feliz de que estés en casa-

-Todo fue como una pesadilla- dijo acomodando las flores en el jarrón de su escritorio

-Lo fue, cowgirl, lo fue- dio un suspiro llegando junto a ella para tomar su rostro entre sus manos y brindarle un beso amable en la frente- sé que es imprudente, pero debemos hablar de lo que haremos, tu abuelo me ha dicho que te deje fuera de la selección, pero Magdalena y Jacob piensan que debes ser tu quien tome la decisión, y yo también lo pienso-

-Hiciste bien en venir, después de todos nadie se queda en la pesadilla por siempre- Jasón dejo salir un largo suspiro al saber que había hecho lo correcto- ¿Abel?- ya había pasado un mes desde que todo paso y no sabia mucho de él o de sus planes

-Abel ha quedado fuera, ni queriendo podría llegar a noviembre con esa herida, ha dimitido se quedara con las copas que tiene hasta ahora. En tu caso perdiste una competición, eso afecta a tus números, pero si te presentas en Memphis antes de la final podrías equilibrar el marcador-

-Está bien- dijo segura- no puedo volver a posponer mi sueño, siempre es así, pero esta vez me quedare con algo para mí- sonrió melancólicamente-  no pueden arrancarme todos mis sueños- dijo con un hilo de voz

Jason abrazo a su amiga, y comenzaron los planes para entrar al Rodeo en el  Event Center Memphis.

Ese rodeo fue por demás un caos, muchas personas se habían enterado de lo sucedido y miraban a Alba con morbo, pero para su sorpresa Beth fue quien se encargo de callar y alejar muchas bocas el día de su presentación. Cuando Alba le pregunto la razón de su naciente interés amistoso la rubia le dijo "Fue bueno mientras duro sabes, es un buen amante, pero odio que los hombres se crean dueños de nosotras hasta el punto de hacer lo que te hicieron" era algo de valor femenino, de fortaleza y de admiración al verla retomar sus actividades en la competencia a pesar de todo. 

Quien brillaba por su ausencia durante ese tiempo fue  Abel, en cuanto se despidio de ella después del juicio desapareció del radar de Alba para sorpresa de todos, incluso para sorpresa de ella. Pensó que sería cuestión de tiempo para que regresara a su lado, porque después de todo "lo había prometido" pero noviembre llego y despues de ganar en Memphis la final del BPR femenil iniciaba y él no estaba.

El ParaísoWhere stories live. Discover now