El Paraíso

La Final

Las cicatrices de Alba se veían menos prominentes que antes. Poco a poco le volvía el alma al cuerpo y el centrarse en la final le fue de maravilla para entrenar a su mente y poder alejarse del dolor.

-¿Estas lista reina?- le pregunto Jacob mientras entraban hacia la salida de los broncos

-Creo que puedo respirar- repaso su uniforme de pies a cabeza nerviosa pero emocionada- lo voy a lograr- susurro con firmeza

-Así será Abi, no puede ser de otra manera- le contesto anidando sus manos dando un pequeño apretón de fortaleza- ¡Vas!- abrió la puertas y el corazón le llego al estomago

-¿Si sabes que las niñas bonitas no deberían hacer estas cosas?-  Alba giro sobre sus talones antes de subir a las vallas, sus ojos se abrieron llenos de felicidad y la sonrisa no le cabía en el rostro

-¡Abel!- Grito y de un salto ya estaba en sus brazos

-Tranquila mi chula que me quiebras- dijo riendo mientras llenaba su frente de besos- ¿Creíste de verdad que sería capaz de no verte levantar el primer lugar?- y toda la felicidad que creyó jamás sentiría la sintió en ese momento- Carmichael- se dirigió  al joven que esperaba detrás de ellos- pues jamás pensé que lo diría pero...-

-No lo digas- dijo levantando las manos- estamos tablas compa- y se dedicó a colocar las monturas de Alba- Eso hacen los amigos- susurro al tiempo que se ocupaba

La chica no entendía mucho lo que sucedía, pero claramente era algo impresionante, no se esperaba ni por error un trato así, aunque ahora nada le parecía tan descabellado después de todo lo que pasó. 

-Le pedí que no te perdiera de vista, tenía miedo de que don Modesto te mandara lejos o algo, no podía confiar en nadie, apele a su buen juicio. Y tienes razón, es un buen hombre... Con una que otra maña, pero ¿Quién no las tiene?-

-¿Abel? -le miro sorprendida- ese balazo te saco maldad-

-Serás tonta- se carcajeo poniéndole su texana- no ves que pueden querer sacarme todo lo malo a plomazos- y todos los presentes rieron con ellos- Vamos mi chula, son 8 segundos, Jasón entrara para sacarte, no hay falla, levanta la mano, sujeta la texana y baja como solo tú sabes hacerlo, de lado y en marcha- planto un beso en su mujer para después ayudarla a sujetarse del bronco.

El pitido del tiempo retumbo en Alba, el bronco saltaba alrededor del lugar como si estuviera endemoniado y ella se sujetaba con esa L bien formada en el brazo dejando bolar su trenza castaña y sujetando su texana negra. Dear Rodeo sonaba de fondo y ella sentía la ironía en esa melodía. Los 8 segundos dieron fin y ella salto sin dificultad, trastabillo un poco al bajar pero pronto Jasón la tenía sujeta sacándola del lugar.

Se sentía viva, viva de verdad. 

Abel saltaba en la valla junto con los cuervos y los demás de La Ilusión. Lo había logrado. Cuando llego la premiación, y los números corrieron en el enorme tablero en el corazón de todos no existía más que esperanza. Las cámaras enfocaban a Alba que mantenía ambas manos en el rostro intentando, solo intentando, solo intentando ganar.

-ALBA VILLASEÑOR-

Su nombre se abrió paso en el lugar. Lo había logrado.

Sus abuelos no podían con tanta felicidad, su hermano lloraba, era como si fuera un tipo de redención. Y fue en ese momento que lo entendieron. En ese momento cuando bajaba del pódium con el trofeo en brazos para ser capturada por ese hombre casi 10 años mayor que ella el cual le besaba cada parte aun morada de su rostro como si fuera un camino hacia sus labios. Alba y Abel ya no formarían parte de las Cumbres, ni del Paraíso ese en realidad ellos jamás pertenecieron ahí, ellos se pertenecían.