EL OMBLIGO

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A unos pasos de ellos Jacob se quedaba sin palabras... pensó en salir y romper ese momento, pero su pecho pesaba, era como si alguien le abriera el torso. ¿Quién carajos era ese hombre? ¿Qué demonios pasaba? Se recargo en el umbral, intentando que los celos no le ganarán, deseaba poder analizar todo, entender que pasaba. No era el hombre de la fotografía, pero algo en su porte le daba un parecido.

Pronto vio como la ponía de vuelta en el piso y chocando sus cabezas, se susurraban cosas inaudibles, ese hombre dejo caer unas cuantas lágrimas examinando el rostro de Alba con amor e incredulidad. Le levanto el fleco para besar esa cicatriz que celosamente ocultaba y fue ahí donde lo supo... es él... su pasado... quien le dolía...no el hombre de la foto, era él la voz del teléfono...

Lo tomo de la mano y entro con una enorme sonrisa a casa, topándose con Jacob quien desencajado intento moldear una sonrisa de sorpresa en su rostro.

-Jacob, querido- intento sonar casual abandonaba la mano de Abel para sujetar el brazo de ese extraño que claramente no comprendía lo que sucedía- Quiero presentarte a alguien, mira, es Abel Villegas, a quien vimos ganar el rodeo en Houston- y en ese momento la cabeza de Jacob exploto- es un muy querido amigo de México-

-Muchas gracias por cuidar de mi chula- dijo mientras ambos estrechaban sus manos

-Nada que agradecer- contesto masticando ese acento que le carcomía los sentidos- Literalmente para eso vivo- y fue donde Abel comprendió que definitivamente ellos eran eso un "ellos"

-Voy por Mag...- espera- la tomo por el brazo- yo voy, tu pasa a tu amigo a la sala, regreso- le sonrió acariciando su mejilla e inclinandose para besar su mejilla y desaparecer en las escaleras

Mientras ellos se quedaron en la sala no podían dejar de hablar, ¿Cómo te va? "Todo está hermoso" "Me gusta tu cabello" "Te ves más viejo" Era como si quisieran llenar esos años con todos los detalles que le faltaban.

Jacob subió escaleras arriba como si estuviera desesperado, y de cierta manera lo estaba.

-¿Qué pasa? ¿A venido Belmont?-

-Es que no me lo vas a creer...- dijo pasando ambas manos por su rostro- tu hermano esta abajo- y a Magdalena se le salió el espíritu- Pero no vino por ti... vino por Alba, al parecer son amigos o algo, él venia por un caballo y se toparon-

-¿Pero que me cuentas? ¿Alba viene de Las Palmas?- se quedaron viendo

-¿Tu vienes de Las Palmas?- ella asintió- Yo vengo de las Palmas-

-¿Cómo diablos?, no venias de Alabama-

-¿Y tú no venias de Wisconsin?-

-¿Y Alba no venía de Canadá?-

-Pues al parecer Las palmas es el ombligo del puto mundo. Pero bueno, tu decide si bajas o no-

-Ni loca bajo sin saber antes que pasa, ya le contare todo en la noche a Alba, pero por el momento dile que estoy dormida o algo-

-¿Me debes la vida, que digo la vida, me debes una botella de Vodka, estamos?- ella asintió dando un salto para besarle la mejilla.

Pensó que darles un tiempo solos estaría bien y aprovecho para arreglarse un poco, ese hombre parecía un Texano ostentoso y el su peón. Después de una ducha rápida, bajo con unos vaqueros y azules y una playera negra, no quería hacer ver que se esforzaba, pero necesitaba verse mejor.

-He regresado dijo- y pudo ver como la conversación estaba por llegar a las lágrimas-¿Todo bien Abi?- dijo sentándose junto a ella y pasandole su brazo por la cintura

El ParaísoWhere stories live. Discover now