✰Capítulo 18✰

822 126 18
                                    

LEONE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

LEONE

Siempre he dicho que a veces es mejor atreverse a hacer las cosas que uno en verdad desea, que quedarse con las ganas. 

Y por eso pensé que había actuado conforme a lo que mi corazón me dictó, pero no todo el tiempo se toman decisiones correctas pensando así. El corazón se equivoca, y mucho. Y otra vez me dejé llevar por los impulsos. 

No me arrepentía de lo que pasó, aunque eso no quería decir que no me sintiera como un tremendo capullo. Estaba seguro de que lo había arruinado todo, y presentía que Ariadna ya no iba a querer estar cerca de mí.

¿Qué estaba pensando cuando me lancé a besarla? Creo que no pensaba realmente. Pero es que no me pude resistir, la tenía tan cerca de mí que era cuestión de segundos para que nuestros labios se juntaran. Y cuando eso sucedió, todas mis terminaciones nerviosas se encendieron. 

Ya sentía un cosquilleo en mi cuerpo desde que la vi entrar al dormitorio y le dimos la sorpresa, a pesar de lucir como cualquier día, me parecía la mujer más hermosa que mis ojos habían visto. Y durante el beso, los cosquilleos pasaron a un siguiente nivel.

Por un momento creí que ella reaccionaría de mala forma y que se apartaría inmediatamente, pero correspondió al beso y me sentí muy feliz por ello. Sin embargo, el sentimiento de tranquilidad se esfumó porque Ariadna no dijo ni una palabra cuando separamos nuestros labios, y yo tampoco hablé porque tenía mucho miedo de que saliera corriendo por mi imprudencia. 

Y fue así como un montón de emociones se quedaron atrapadas en mí y deseé no haberme enamorado de ella.

Porque lo estaba.

Me había enamorado y esta vez era definitivo. 

El ambiente entre nosotros después de esa noche no fue distinto. No hablé sobre eso por temor a que se alejara por completo y seguimos actuando con normalidad. Quería mantener las distancias para ordenar mis pensamientos y para que ambos procesáramos lo que había pasado, pero no pude estar lejos de ella mucho tiempo. 

Me encontraba entre la espada y la pared, si Ariadna no mencionó nada al respecto, era porque no se sentía cómoda con eso. Y yo no iba a arruinar nuestra amistad hablándole de mis sentimientos por ella.

Tampoco sabía si ella sentía lo mismo que yo, y no quería salir lastimado. Ya había experimentado el dolor que se siente cuando el amor de tu vida te abandona, no deseaba volver a sufrir de esa manera. Por eso callé y traté de sepultar mi amor por ella. No resultó como imaginé. 

Dos días después la busqué, aun así, no fui capaz de confesarle mis sentimientos porque quería estar seguro de que sería correspondido o que al menos lograría conquistarla. Y si no, iba a asegurarme de caer de pie. 

Porque caería.

Ya no podía escapar y hacer como si no me afectara todo lo que viniese de Ariadna. Tal vez era un cobarde por no ser sincero con ella y por dejarla tan confundida con mis actitudes, pero en realidad nos estaba protegiendo a los dos. Porque un corazón roto es demasiado difícil de curar, y no sabía si ella también había pasado por algo similar; si así era, no quería que sufriera como yo. Puede que sonara egoísta, pero estaba pensando en ambos. 

Estrellas de Neón ©Where stories live. Discover now