Estrellas de Neón ©

✰Capítulo 6✰

ARIADNA

Los días siguieron pasando y ya comenzaba a sentirme un poco presionada por las clases y el trabajo. 

A veces era muy difícil mantener un equilibrio con todo. Nuestras salidas nocturnas también se redujeron, si al caso salíamos, solo lo hacíamos los fines de semana. Habían comenzado las evaluaciones y pasábamos las noches estudiando o preparándonos para ello. No siempre habíamos sido tan estudiosas y menos Sofía, pero estando en la universidad eso cambió un poco. 

Debíamos mantener buenas calificaciones si queríamos seguir con la beca.

Además, había trabajos o proyectos que no nos molestaba hacer y que no se nos dificultaba realizarlos porque era sobre lo que nos gustaba. No por nada habíamos escogido nuestras carreras. 

Sofía necesitaba un espacio donde pudiese bailar, ya que debía practicar ciertas coreografías, o para bailar por simple diversión, y nuestro dormitorio era muy pequeño para hacerlo. Le ofrecieron un estudio con suficiente espacio cerca del campus y ella aceptó. Eso significaba que tenía que trabajar más horas para poder pagar por el tiempo que hacía uso del local. Lo bueno era que quién se lo ofreció era amigo de Esteban y este le hizo un descuento.

Así que cada jueves y domingo la acompañaba hasta el lugar y la veía bailar durante dos horas. Aunque no siempre estaba viéndola, yo portaba mi computadora de segunda mano, que había conseguido en oferta, y aprovechaba ese tiempo para trabajar en videos que tenía que producir o en actividades que tenía que hacer para la universidad.

Un día mientras estábamos en el estudio, Sofí practicaba una coreografía nueva, y después de media hora, decidió descansar un rato porque ya se sentía exhausta. Yo seguí trabajando en mi computadora.

—¿Qué estás haciendo ahora?— me preguntó mientras se acostaba boca arriba en el piso.

—Estoy redactando un reporte para un trabajo de historia.

—Qué aburrido.

Suspiré.

—Sí, un poco— dije, sin quitar la vista de mi ordenador.

Sofí hizo un chasquido con la lengua.

—Creo que mañana no iré a la universidad— soltó de pronto.

—¿Por qué?— dejé de escribir y la miré al fin.

—Porque me siento muy cansada. Además, mañana es viernes, no creo que veamos algo importante. Así tendré un fin de semana largo.

—Si tú lo dices. Tendré que almorzar sola entonces.

—Ay, como si eso fuera un inconveniente para ti. Tienes más amigas aparte de mí, puedes almorzar con Kenia o con Estela.

—No lo decía por eso, solo que estoy acostumbrada a contar con tu compañía todos los días en la universidad.

—Ya sé, es que somos inseparables— volteó la cabeza y me miró haciendo un puchero.