✰Capítulo 27✰

710 101 43
                                    

ARIADNA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ARIADNA

—¿Que ustedes hicieron qué?— demandé, como si no hubiera escuchado lo que Leone había dicho.

Había llegado a verme a la residencia para darme noticias sobre Lucas.

—No lo puedo creer— continué—. Nos dejamos de ver unos días y tú ya estás metiendo chicas en tu apartamento— me levanté de la cama y comencé a caminar en círculos por toda la habitación.

—¿Qué? No, yo no estoy metiendo a nadie en ningún lado. Esa chica no tiene a dónde ir.

—¿No entiendes que es muy peligroso que ella esté con ustedes? Todos están corriendo peligro ahí— tallé mi frente con una mano.

—Lo sé, pero escucha— se puso de pie y se colocó frente a mí—, es solo por un par de días. Yo tampoco creo que sea buena idea que la tengamos en el apartamento. Por eso le dije a Lucas que tenía que esconderse en otro sitio, y que la ayudaríamos con el problema que tiene.

—¿No puede buscar ayuda en otro lado?, ¿en la policía por ejemplo?— me crucé de brazos.

—No, no puede. Es un asunto muy complicado, y necesita un abogado para eso.

—No estoy de acuerdo.

—Abejita— puso sus manos sobre mis hombros con suavidad.

—¿Qué quieres que diga? Es una completa locura, y no puedo apoyarlos con eso— miré hacia otro lado y me alejé de él.

—Entiendo, pero Marta está demasiado desesperada. Y Lucas también. No puedo dejarlo solo.

Volví a sentarme en la cama y Leone hizo lo mismo.

—¿En qué momento empecé a vivir una vida completamente distinta?— suspiré.

—En el momento en que me conociste— tomó mis manos y las besó—. Te prometo que vamos a tener cuidado, nada va a pasarme.

—No voy a estar tranquila hasta que todo se solucione.

—Y se va a solucionar. De eso estoy seguro— apartó un mechón de cabello de mi cara y me dio un beso en la frente.

Todo lo que Leone me había contado era muy fuerte. Si hubiese estado en el lugar de esa chica, hubiese estado temblando de miedo. Esas cosas no pasaban donde yo vivía, o al menos no a ese grado. 

El temor que sentía por lo que le pudiese pasar a Leone era muy grande, dejó de buscar el peligro en la calle y en su lugar, llevó el peligro a su casa. Pero yo había decidido tener una relación con él y tenía que apoyarlo, sin importar que fuese en algo tan grave.

Afortunadamente, Marta sí se refugió en otro lado. Los chicos tenían algunos amigos que los ayudaron. También buscaron un abogado que los ayudaría con el caso, aunque iba a ser un proceso largo. Lo bueno era que la chica ya estaba a salvo, y ellos igual. Era un peso menos para mí. 

Estrellas de Neón ©Where stories live. Discover now