✰Capítulo 43✰

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ARIADNA

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ARIADNA

Todo seguía igual, Leone aún no recuperaba la consciencia. 

Los días de espera pasaron a ser semanas y las semanas meses. Cada vez el pronóstico era más desfavorable. Tuve que buscar un trabajo en Italia porque había prolongado mi estancia y no sabía cuánto tiempo más me quedaría. Fue bastante difícil encontrar uno porque el idioma era un impedimento para mí. 

Por suerte, Fiorella logró conseguirme un empleo en una cafetería. Me encargaba de limpiar las mesas y mantenía limpio el local. La encargada del lugar hablaba español, así que podía comunicarme con ella con facilidad.

Era increíble la cantidad de tiempo que había pasado. Llevaba casi 6 meses viviendo en Roma, y aun así, sentía que los días pasaban súper lento. Aunque trataba de mantenerme ocupada, en mis pensamientos siempre se encontraba Leone y mi familia. Mi madre me había pedido en varias ocasiones que regresara a casa, pero no quería abandonar a mi novio. 

No podía hacerlo. 

A pesar de que muchas personas perdieron las esperanzas, yo todavía tenía fe en que iba a despertar.

Leone estaba por cumplir un año en el hospital, en estado de coma. Y desde que había viajado para verlo, no había dejado de visitarlo ni un solo día. Gracias a la ayuda de su padre, pude hacerlo con más tranquilidad. 

Sus padres habían decidido intercambiar los horarios de visita, entonces su mamá lo visitaba en las mañanas y su papá en las noches. Prefería mejor ese horario porque de esa manera podía ir al hospital después de salir del trabajo. Algunas veces me encontré con Lucas, que también lo visitaba de vez en cuando.

Nuestro quinto aniversario de novios había llegado y no pudimos disfrutarlo. Nunca pensé que lo pasaríamos en un hospital, en esa situación. No quería deprimirme por eso, por lo que intenté hacer algo que me hiciera recordar todos los buenos momentos que habíamos vivido juntos. 

Llevé conmigo todas las fotos que nos habíamos tomado estando en España, las había impreso y las había guardado en un álbum. En ese álbum también había guardado la canción que Leone me había escrito, la que me cantó para mi cumpleaños.

No lo recordaba hasta el momento que comencé a ver las fotografías. La letra de la canción se encontraba justo al final. Saqué la hoja y al terminar de leer la letra, tuve un flashback de esa noche. Fue como un huracán de recuerdos, la fiesta sorpresa de mis amigos, la colina a la cual Leone me llevó, y la canción. 

Las lágrimas caían sobre mis mejillas y no dejaba de sentir un nudo en mi garganta. Quería volver el tiempo atrás y revivir todos esos momentos, pero era imposible. La realidad seguía golpeándome con brusquedad.

Con mucha tristeza tuve que despedirme de él, como todos los días. Aunque me reconfortaba el hecho de que lo vería al día siguiente. Me encontraba caminando por el pasillo cuando escuché unas voces a unos cuantos metros de distancia. Reconocí un par de esas voces, así que me detuve en una esquina y me escondí tratando de escuchar lo que decían. 

Estrellas de Neón ©Where stories live. Discover now