CAPÍTULO 21

3K 241 15
                                    

Cuando llegamos a mi antigua casa no me da tiempo de detenerme a pensar si debería  quedarme en el auto o meditar si quiero volver, porque únicamente necesito algo, y es saber la verdad, saber que demonios está pasando y si acaso Margot y mi padre se han vuelto locos, no encuentro otra explicación, ¿Es que cómo es posible que un padre pueda meterse con su propia hija o viceversa?, es algo tan vil y enfermo.

Me bajo del auto apenas estaciona y corro por el césped hasta llegar a la puerta, al llegar a ella la abro sin importar nada, no tiene seguro, nunca lo tiene, entro sin esperar a Christian, estoy furiosa, subo las escaleras rápidamente hasta llegar a la habitación de la única persona que podrá darme respuestas. Al entrar la encuentro sobre su cama leyendo un libro, se exalta por unos segundos pero al notar que soy yo, se recupera sentándose en la cama.

—¡Explícame que demonios acabo de ver! —le grito entre lágrimas.

—Tranquilízate, te lo explicaré todo... sólo deja de llorar niña. —me regaña levantándose de la cama y caminando a mí dirección.

—No te me acerques, no te quiero cerca, sólo dímelo. —ruego de la misma manera —Dímelo todo, no quiero que me dejes ser una ignorante respecto a esto nuevamente. ¿Desde cuándo?

—Ocho años. —suspira regresando a sus pasos y sentándose en la cama con cuidado.

—¿Ocho años? —musito asombrada.

—Ocho años guardando este sucio y asqueroso secreto. —asiente con la cabeza apenada.

—Ella tenía quince. —susurro entre sollozos.

—Y tú doce. —asiente dándome la razón y volteando a ver detrás de mí, Christian está aquí.

—¡Era una maldita niña! —le grito llorando perdiendo la poca cordura que había en mí. —¿Por qué no hiciste nada? ¡Maldita sea!

—Lo hice, te salvé a ti. Ella ya estaba corrompida Chelsea, pero a ti pude salvarte. —su voz se entrecorta pero en ningún momento baja la mirada de mis ojos, no miente.

—¡Podías salvarla, podías hacer algo, la policía podía hacer algo! —jadeo cuando siento que un dolor en el estómago me sofoca, lo disimulo lo mejor que puedo, al parecer lo hice bien porque nadie lo notó.

—Chelsea, cariño, los descubrí acostándose, créeme que fue algo difícil de asimilar, me mantuve callada por meses por miedo a que algo me sucediera. Después de tres meses, enfrenté a tu padre, ¿Sabes lo que hizo? —inhala tomando valor— Me golpeó y me amenazó con tomarte a ti también, dijo las cosas horribles que te iba a hacer, no pude simplemente ir y denunciar, no iban a creerme, en cambio terminaría en la cárcel sin poder protegerte. Tú padre es abogado y tiene gente en todas partes, una vieja como yo, no iba a poder con un monstruo cómo él.

—Podías haberlo intentado.

—No podía dejarte Chelsea.

—Pero fuiste horrible tantos años. —murmuro intentando no creer en lo que me dice.— No me querías, no tiene sentido.

—Lo hice para protegerte, pensé que si te abstenías no lograría llegar a ti... no sabes el alivio que sentí cuando te fuiste, pensé que estarías a salvo, pero no es así, él sigue obsesionado contigo, los he oído hablar hace un par de noches.

Una virgen no tan virgen [COMPLETA]Where stories live. Discover now