Una virgen no tan virgen [COMPLETA]

CAPÍTULO 30 FINAL

Aún faltaba una hora para que el juicio diera inicio, estaba a unos cuantos edificios del juzgado en una cafetería con Christian a mi lado y Ferid, mi abogado, frente a mí. Habían pasado tan sólo tres días desde la boda, tres días desde la denuncia, y el juicio había llegado tan pronto que era un pequeño shock contra mi cerebro, finalmente llegó el día en el que todo se acomodaría de la manera correcta.

—No tengas miedo de decir la verdad tal y cómo es, no suavices las cosas para que esto tenga mejor resultado. —menciona Ferid con voz firme— estamos hablando de familia, pero según todas las pruebas y acontecimientos ella merece hundirse. Y yo me encargaré de ello.

Únicamente asiento con la cabeza, perdida en mis pensamientos aún. Finalmente volvería a verlos. Había dejado a Kenzy con Marilyn una vez más, incluso Christian había sugerido hablar con el abogado acerca de Kenzy, había pasado una semana más desde que ella estaba conmigo, no había señales de mi madre aún, y aunque debería de haberme preocupado no lo estaba, desde que me fui de su casa ella desaparece de esta manera, pero al final siempre vuelve. Respondí a su sugerencia con una negación, una semana más y si no tenía noticias suyas aún, iba a buscar asesoramiento para poderme hacer cargo de ella, conmigo siempre estaría segura y feliz.

Por otro lado, la abuela había permanecido sedada los últimos tres días, para que su cicatriz terminara de curarse, ella es tan terca como cualquiera, y había querido ir a casa apenas abrió los ojos, según palabras de los doctores, autoricé que se quedará allí como fuera, al menos en lo que Margot pagaba por sus culpas, no quería que al volver a casa ella estuviera siendo esperada por Margot y esta vez terminara mucho peor que un golpe en la cabeza.

Por lo que los últimos tres días no había parado de informarme acerca del juicio, no sabía nada acerca de esto, la denuncia era tan inesperada para mi como para cualquiera del lado opuesto, estábamos seguros que el abogado de Margot sería mi padre, así que el abogado había preparado una serie de pruebas y trampas para que no sólo Margot resultara implicada, sino también mi padre. Ferid está tan seguro que ella no pudo hacerlo sola, que debió necesitar ayuda, y que más ayuda que la de su propio amante.

—Deberíamos ir al juzgado. —la voz de Christian se hace notar una vez más, parpadeo un par de veces antes de enderezarme en mi asiento.

Hace un mes no hubiera pensado que esto pasaría, hace un mes aún creía que aunque mi vida estaba un poco desordenada estaría bien, hace un mes aún tenía un poco de felicidad, hace un mes todo estaba bien. Es como si me hubieses sumergido en una realidad alterna, creo que si hubiese sabido que una acción desencadenaría esta ola de acontecimientos, me hubiese escondido debajo de mi cama y me hubiese quedado ahí, donde todo era perfecto y sin problemas.

Aunque de conocer a mi prometido él me jalaría de los tobillos para ordenarme a afrontar la realidad. Seguramente me diría que debía ser fuerte y seguir con la vida, porque de errores y desgracias estaba formado cada trozo del mundo.

Siento mi mano ser entrelazada con la de alguien más y tengo que desviar mi mirada hasta el dueño de mis suspiros.

—Todo saldrá bien.

—Lo sé. —musito antes de levantarme de mi asiento a la par que él, comenzamos a caminar en silencio hasta salir del local, y después hasta llegar en dirección al juzgado, aunque recé porque tardáramos horas en llegar tan sólo cinco minutos después estábamos dentro, esperando a que los demás llegaran.

Camino un par de pasos hasta llegar justo al frente de Christian, sólo basta con mirarlo a los ojos para que él abra sus brazos y yo termine por hundirme en ellos. El tiempo me pasa tan rápido pero a la vez con tanta lentitud, es como si tuviera el tiempo para pensar en todo pero a la vez sólo pueda pensar en nada. Tenía el cerebro hecho nudos, se sentía irreal estar en este juzgado, se sentía irreal que todo esto estuviera pasando. Pero en el momento en el que tres personas juntas entraron por la puerta toda la realidad me cayó de golpe. Tuve que separarme del pecho de Christian para poder observar y sumergirme en la realidad.