CAPÍTULO 25

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Salimos al fin de la casa de Marilyn tras su retención, se puso a darnos una lección de sobre porque razón las parejas deben de tener una mejor comunicación, y que nadie debe de guardarse lo que siente para eso son las parejas, Christian y yo únicamente asentíamos a la par e intercambiábamos miradas divertidas, aunque Marilyn tuviera toda la razón, era divertido ver como nos reprendía como niños, incluso Dalila nos había estado grabando a lo lejos divertida de la situación. Finalmente nos dejó ir con un abrazo a cada uno.

Albondiguita nos ignoró por completo, y tras mucha insistencia por parte de Dalila se ha quedado con ella nuevamente, con la estúpida excusa de que aún tenemos muchos asuntos por resolver, en secreto me guiñó un ojo y entendí por completo lo que quería decir. Y no pude evitar pensar que Marilyn realmente fue un ángel al llegar a mi vida, es como si fuera la figura materna que me faltó durante toda mi vida, vamos que tengo una madre... al menos la tenía antes de que desapareciera sin más... aunque antes de eso, no recuerdo nunca que ejerciera su papel de madre, a pesar de que la abuela dice que me trataba así para protegerme, mamá no lo sabía y aún así no hizo nada nunca.

Vamos en el auto de Christian en dirección a casa, el ambiente se siente tan ligero y agradable, como antes de que los problemas entre nosotros comenzarán.

—Tengo que contarte unas cosas. —menciona al estacionarnos en nuestro edificio.

Ahí vamos de nuevo.

—Si es algo malo no me lo digas, por favor. —suplico clavando mi mirada sobre él, por la mueca que pone sé que sea lo que sea, lo que me vaya a decir me va a doler.

—Es sobre tu hermana. —menciona suspirando con cansancio, aparta su mirada de mí supongo que para armarse de valor. Cierro los ojos y niego con la cabeza.

—¿Puedes esperar unos días para contarme? —le pregunto abriendo los ojos nuevamente.— Me estoy recuperando y no quiero volver a caer.

Él me observa en silencio antes de asentir con la cabeza, me sonríe antes de salir del auto. Me bajo de igual forma interrumpiéndole el paso, me observa fastidiado pero finalmente niega con la cabeza, tal como si supiera que justo iba a hacer eso. Le sigo al interior del edificio en silencio. No quiero imaginar que ha hecho Margot esta vez, pero por la mirada de Christian sé que será tan malo como todo lo que ha echo hasta ahora. Decido por mi bien, despejar mi mente de ello y concentrarme en Christian.

Cuando llegamos al ascensor y nos metemos a él, me pego a la pared para poder observar a Christian a detalle, siento cómo si no lo hubiera visto en meses. Y quizás eso sea un poco cierto, estaba muy centrada en mi tristeza y en sentirme miserable, que todas estas semanas para mi son borrosas, él siempre estuvo conmigo, siempre estaba abrazándome y me obligaba a comer algo, a pesar de pasármela llorando él siempre hizo lo posible para que yo no dejara de comer, quizás por esa razón no he perdido mucho peso.

Sus ojos verdes están clavados sobre mí, puedo notar que debajo de ellos tiene muchas ojeras, y se le nota cansado, demasiado cansado, me arrepiento inmediatamente de no haber considerado alejarme de él para que no la pasara igual de mal que yo, mis ojeras eran inmensas también, lo pude ver al estar plantada frente al espejo del baño, y honestamente, lucía horrible, no comprendo como Christian me mira con tanta adoración justo ahora mismo.

Christian duda un poco antes de dar un paso hacia mí, su mano va a mi cabello y lo enreda entre sus dedos, mi respiración se entrecorta inmediatamente ante su cercanía, pero aún así le sonrío, una sonrisa sincera es la única forma en la que puedo demostrarle lo mucho que me encanta que esté tan cerca de mí. Sus dedos dan un tirón sobre mi mechón y cierro los ojos al mismo tiempo en el que muerdo mi labio para evitar que algo indebido salga de mi boca.

Una virgen no tan virgen [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora