Capítulo 12.- La existencia de Marian

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Al final reúno un montón de fotos que meto en un plástico que he cogido para las pruebas y sigo buscando, pero no veo nada más que pueda interesarme. Salvo pocas cosas de Christal. Reviso sus pertenencias, pero me parece que Marian tenía muchísimas más cosas. Casi toda la ropa es suya (compruebo la talla incluso), pero casi todo parece de la hispana. ¿Dónde están las cosas de Christal, entonces?

Pool me está esperando fuera del piso. Me despido de las compañeras de Marian, pero apenas hablan mi idioma y parecen no querer meterse. Una nos ha comentado al llegar que temen que el piso esté maldito y otra ha dicho que podrían ser las siguientes. La policía no les ha hecho ni caso. Es curioso que ninguna piense que el asesino está entre rejas. Les he preguntado también si Christal les dijo algo de su investigación, pero, al parecer, en los cuatro últimos días antes de desaparecer no pasó por casa.

―¿Christal tenía otro lugar al que ir aparte de aquí o al club? ―le pregunto a Pool, cuando llegamos juntos a mi coche.

―Su casa de acogida, a las afueras, pero desde que murió Marian no iba mucho por allí, no quería ponerlos en peligro. Sabía que vivía entre dos aguas peligrosas.

―¿Podemos ir? ―le pido.

Me considero una persona muy independiente, pero cuando me asustaba y mi padre vivía, no dudaba en refugiarme con él. Si por algún motivo Christal pensase que no podía pedir ayuda a su hermano, quizá hubiera vuelto al lugar donde estuvo a salvo por primera vez después de la violación de su padre.

La idea me hace agitar la cabeza. ¿Qué justicia hay en lo que tuvo que vivir? ¿Cómo alguien puede tener tan mala suerte en la vida y, aun así, conservar la sonrisa?

―Sí, señorita ―me dice Pool, antes de tomar el control de mi coche de nuevo.

*

Cuando James me dijo que la casa de la familia de acogida de Christal estaba en una buena zona no me esperaba esto. La casa es enorme, casi una mansión. Y, mientras Pool aprieta el comunicador para que le abran, me pregunto qué sacaría una buena familia de adoptar a una niña de barrio de catorce años a la que habían violado.

Quiero preguntar a Pool, pero como no sé si se le ha pasado el enfado conmigo, no me atrevo a hablar. Es un hombre aterrador ahora que no me dedica sonrisas amables. Aparca junto a varios coches caros que hacen que mi Mercedes parezca muy poca cosa y baja sin esperarme.

Me cuelgo el bolso como puedo y salgo corriendo detrás de él con el iPad en brazos. Lo he cargado en el mechero del coche mientras veníamos hasta aquí. Estamos lejos del barrio. Pongo a grabar de nuevo mientras él golpea la puerta con los nudillos.

Una chica nos abre la puerta, parece emocionada, como si esperase a alguien, pero su cara cambia al verme a mí. Luego mira a Pool, que le dedica una sonrisa de lo más cariñosa.

Estoy confusa. No puede ser la que acogió a Christal, porque apenas tendrá veinte años, si llega. Christal tenía mi edad, treinta y cuatro años. Empiezo a ver similitudes en nosotras que me llevan a preguntarme si es por lo que Jimmy me ha elegido. Procuro no pensar en ello.

―Venimos a ver a la señora Hastings, Kitty.

Miro a la chica, que no habla. Sin embargo, cuando vuelve a mirarme sus ojos de color miel refulgen bajo el sol. Se aparta de la puerta antes de que pueda procesarlo del todo y nos deja pasar. No ha pronunciado ni una palabra y su forma de moverse y de mirar me hace pensar que tiene algún tipo de problema mental. Lleva un vestido negro y ancho, pero se mueve con torpeza. Y eso sumado a lo que sé...

―¿Cómo es posible? ―Sujeto la mano de la chica para mirarla bien. Se suelta asustada de mí y se esconde tras Pool.

―¿Nos traes un vaso de agua, Kitty? ―le pide a la chica, que asiente y se va arrastrando los pies.

Espero hasta que desaparece por una puerta y cierra para mirar a Pool boquiabierta y soltar mi conclusión.

―Es hija de Christal. Pero no lo entiendo, no ponía nada en los informes.

―Cuando Christal vino a mi casa estaba embarazada ―la voz potente de una señora mayor nos hace girarnos sobresaltados, sigue hablando como si nada― y yo acogí a ambas. Christal no quería que le quitasen a la niña, tenía miedo y no tenía medios para cuidarla, así que la adopté. Es mía legalmente, ¿quién es, señor Pool?

―Ada Irons, representa a Jimmy, señora Hastings.

―¿Y eso por qué es motivo para que invada mi casa, señor Pool?

―No era mi intención, señora Hastings ―aseguro, interrumpiendo lo que el gigante fuera a decir. Me gusta la señora, es delgada, tiene mil arrugas y se apoya en un bastón, pero tiene una fuerza arrolladora de alguna manera―. Mi intención es descubrir al verdadero asesino de Christal, señora Hastings. Quiero impedir que le haga daño a nadie más.

―Pase, señorita Irons.

Me señala un salón con su bastón, así que obedezco enseguida. Ella le corta el paso a Pool, que venía tras de mí y le manda a la cocina a preparar unos cafés. Y, sorprendentemente, este obedece. Me siento donde la señora me señala y ella se sienta frente a mí.

Su salón tiene un aire antiguo que si fuera a propósito lo llamarían vintage, pero a mí solo me parece pasado de moda y recargado. Los muebles de madera oscura son caros y los sofás muy incómodos.

―Solo quiero saber dónde tenía sus cosas Christal. No me parece que en su casa hubiera suficientes cosas. ¿Venía por aquí a menudo?

―No desde que murió su novia, señorita Irons. No quiso poner el punto de mira en Kitty. Era una gran persona. Es una lástima lo que tuvo que vivir. A veces la gente muy buena es sometida a tal crueldad que su destino no es envejecer.

―Hubiera envejecido si no le hubieran arrancado de la vida ―replico con tono duro.

Ella me mira sobresaltada y asiente un par de veces.

―Sí, es cierto. Es tan horrible.

―¿Sabe si Christal tenía otro lugar al que acudir? ¿Alguien de confianza?

―Se empeñaba en confiar en ese malandro de hermano suyo, si es lo que quiere saber.

―No. El señor Burnside no mató a su hermana. Eso no me vale.

―Pero a alguien cabreó, ¿no cree? De otra forma, ¿por qué iba a estar en la cárcel él?

No solo me parece una buena pregunta, me parece una pregunta genial. ¿Por qué han inculpado del asesinato a James Burnside? Lleva razón en que el anillo lo puede tener cualquiera, pero es a él a quién han culpado. También podían relacionar a Christal con más gente de la banda... ¿Por qué Jimmy?

―La pobre Kitty sigue esperando a Christal. ―La señora Hastings sigue hablándome―. Ella no sabe que es su madre, pero la quería como a una hermana y sigue esperando que venga a verla y a jugar con ella. Es tan trágico...

―¿Podría ver las cosas de Christal, señora Hastings?

―Por supuesto, lo que sea porque se haga justicia, señorita Irons.

―Por supuesto, lo que sea porque se haga justicia, señorita Irons

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¡Holi!

Lo he dicho varias veces, pero por si alguien no se ha enterado aún XD: Hoy no tocaba capítulo pero el finde no podré subir, así que lo subo hoy y si antes del miércoles llego a 2000 seguidores (solo faltan ocho, vamosssss!) subo un capítulo extra, luego volveré los domingos como siempre!

Y aprovecho para preguntaros vuestras teorías. ¿Qué pensáis de la historia? ¿Por qué creéis que querrían inculpar a Jimmy? ¡Quiero leeros!


El fuego no siempre quemaWhere stories live. Discover now