El Infinito de Gojo-sensei (2)

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:D

—¡Yuuji, por favor! ¡Te lo suplico!

—¡No lo haré! ¡Deje de insistir!

Después de... Bueno, de darle aquella memorable nalgada Gojo-sensei y pasar la vergüenza más grande de su vida, las cosas se fueron desarrollando tal que así. No había día; hora, minuto, segundo, en el cual no tenía a Gojo-sensei encima, pidiéndole que lo hiciera otra vez. Darle otra nalgada.

En serio... ¿Cómo sería capaz de hacerlo? Aunque Gojo le pagara -cosa que sí, ya intentó. Casi le da un infarto ver la cantidad de ceros que el mayor estaba dispuesto a depositar-, la respuesta seguiría siendo no.

Gojo es un sinvergüenza. Sentir aquel golpe en su retaguardia había despertado algo en él, y quería experimentarlo de nuevo.

Le sorprendió ver después, en la noche, que su trasero había quedado enrojecido, justo en el lado donde se pasó la palma de Itadori. Ni siquiera Yuuji utilizó toda su fuerza, y vaya cómo quedó... ¡Eso lo hacía sentirse como un adolescente hormonal!

Pero en fin, Yuuji se negaba a cumplirle su nuevo fetiche.

[. . .]


El tema de la nalgada pasó al olvido, un simple recuerdo vergonzoso y no se volvió a hablar de ello -o por lo menos el albino dejó de insistir-. El incómodo ambiente que se formaba en cuanto Gojo e Itadori estaban en la misma habitación desapareció, y volvieron a su dinámica de siempre.

Hubieron más veces en donde Kugisaki con la ayuda Panda querían hacerle una broma a sensei, obviamente sin tener éxito. Y entonces, en uno de sus últimos intentos la teñida soltó la bomba.

—¡Esto es injusto! –Reclama en el suelo, haciendo un berrinche. Gojo lanzó el agua hacia un lado, con una sonrisa burlona— ¿¡Por qué Itadori es el único que puede tocarte!?

Esa pregunta se puede fácilmente malinterpretar.

—Porque Yuuji es especial, obvio.

Y esa respuesta mucho más.

Itadori sintió sus mejillas sonrojarse, repitiendo aquellas palabras en su cabeza, haciéndole sentir nervioso.

Para Gojo-sensei, él era especial... ¿En qué sentido será eso...?

Y en fin, Itadori se percató de eso, de lo que dijo Kugisaki: él era uno de los pocos, sino el único, el cual podía darle, por ejemplo, un abrazo sorpresa a Gojo-sensei.

Y tal vez ese privilegio se le subió a la cabeza, sentirse importante, por lo que tuvo ese pequeño desliz.

Pero para Gojo, esto era inaceptable. No es que estuviera molesto de verdad, pero...

—Mi gansito... ¿Dónde está?

Fushiguro escuchó el murmullo proviniendo del refrigerador, donde estaba encorvado Gojo-sensei. Miró hacia allá, arqueado una ceja.

—¿Cómo dijiste?

—¿¡Que quién fue el que se comió mi gansito!? –Había dicho que el gansito era suyo, su postre. Salió del refrigerador, expresando furia–. ¡Lo voy a-!

—Ah, ahora que lo dices. Creo que fue Itadori.

"A agarrar a besos y abrazos."

No. Reacciona, Gojo Satoru. Tú te tienes que dar a respetar.

Va hacia la sala de estar, con pasos fuertes y exagerados. Y ve a Yuuji ahí, sentado de lo más tranquilo viendo televisión. Y claro, en la mesa está el envoltorio.

—¡Yuuji, te comiste mi gansito!

El chico voltea hacia donde provino aquella acusació. Al ver el gesto molesto de sensei, no le queda más que reír despreocupado, y Gojo puede ver el chocolate entre sus dientes.

—Es que tenía hambre.

—¡Pero era mi gansito! ¿¡Ni me dejaste un pedazo!?

Satoru inició un berrinche indigno de su edad, demasiado denigrante pero no le importa. Yuuji seguía riendo, Nobara junto a Maki los ignoraban a un lado, aún viendo lo que sea que estaban dando en la tele.

—Vamos sensei, no es para tanto. –Dice Yuuji en cuanto Gojo le da la espalda, ofendido mientras se cruza de brazos.

No recibe respuesta, y decide levantarse del sillón. Camina hacia él aún entre risas, alzando los brazos hacia los lados.

—¡Gojo-sensei, no te enojes! –Y se lanzó hacia él, queriendo abrazarlo.

Yuuji, como siempre, esperaba caer encima de él sin ningún problema, sentir su cuerpo pegado al suyo. Sin embargo, tras unos segundos de expectación se sorprendió al verse extendido en el aire, sin ser capaz de tocar a Satoru.

Gojo estaba usando su infinito en él, impidiendo que se acercara.

Era la primera vez que ocurría esto.

Kugisaki los miró de reojo y se sorprendió al ver ese detalle, incrédula. Llevó su mano hacia el hombro a Maki para llamar su atención, apuntando hacia ellos. Esto parecía digno de espectáculo.

Y repito: Gojo no estaba en verdad molesto, solo quería darse a respetar aunque sea un poco. Pero luego de escuchar los pies de Yuuji retroceder sin aún decir ni una palabra, la sensación de culpa lo empezó a comer vivo.

¿Cómo siquiera fue capaz de rechazar un abrazo de Yuuji, por un estúpido gansito? ¡Merecía el infierno!

El silencio solamente lo interrumpía el sonido de la televisión, y Gojo pensó que sería bueno ya disculparse.

—Oye, Yuu-

—¡Bien! ¡Ya voy comprarte otro, idiota!

Al desactivar nuevamente su infinito y por no haber esperado tal cosa, fue tarde en cuanto notó que Yuuji reunió todas sus fuerzas en una pierna, y lanzó una patada hacia él; específicamente, su trasero.

Claramente, Yuuji está molesto. Y también, avergonzado.

Fushiguro, que estaba saliendo de la cocina sin ninguna preocupación con su bowl de papas, solamente vio cómo de repente Gojo-sensei caía justo frente a él, tirado en el suelo. Elevó la vista tras unos segundos procesando, y notó a Yuuji yéndose de ahí, con su cara roja.

Gojo aprendió y pasó por muchas cosas ese día y los siguientes a este. La enseñanza primordial era no volverle a hacer algo tal que así a su Yuuji, por más molesto que estuviera; la segunda era que debía esconder mejor sus gansitos. Y claro, después tener que lidiar con un dolor de trasero increíble, y rogarle a su estudiante favorito su perdón.

Por lo menos, tuvo su deseado golpe en el trasero.

GoYuu OSWhere stories live. Discover now