GoYuu OS

Insípido sabor a menta

[Les juro que no odio a Gojo, pero es que- PÑSMFMSLXNXL]

Itadori despierta. Se remueve entre las sábanas cambiando de posición, deseando dormir un por un rato más, pero no lo consigue. Derrotado, abre los ojos con pereza y lo primero que ve, es el rostro de su sensei aún descansando.

Estaba entre sus brazos, recién en consciente de aquel detalle y no puede evitar sonreír, sintiéndose tan pleno. Se apega más a él, acercando su rostro al espacio de su cuello y hombro, disfrutando del calor que desprende su piel desnuda y con algunas mordidas de la noche anterior. Deja un suave beso, dos, tres...

Le gustaba tanto besar a Gojo-sensei.

Siente que una mano pasa por toda su espalda, acariciándolo, y sale de su burbuja. Se aleja un poco, para así encontrarse con la mirada somnolienta de Satoru junto a esa sonrisa que siempre lo hacía sonrojar avergonzado.

—Buenos días –Saluda, en un murmuro tímido–. Perdón, ¿te molesté?

—No. En realidad, estoy caliente.

Ríe por lo sincero y descarado que es, y Satoru también lo hace. Sus miradas se mantienen, y ambos piensan que no existe mejor manera para iniciar el día como este.

Finalmente, Yuuji estira su cuello para así juntar sus labios con los del mayor en un adorable beso. Es correspondido al instante, siendo abrazado por la cintura con tanto cariño que su corazón aumenta su ritmo lleno de felicidad. En cuanto se separan, lleva una mano hacia el rostro de Satoru, acomodando sus mechones de pelo detrás de su oreja.

—Gojo-sensei... Te apesta la boca.

Se suponía que era un secreto.

Yuuji estaba en la novena nube, por lo que había dicho eso sin siquiera pensar. Sin embargo, al ver cómo el gesto de Gojo cambia y sus brazos se alejan de él, es consciente de su error.

¡SE SUPONÍA QUE ERA UN SECRETO!

Satoru se aleja un poco de él, llevando una mano hacia su boca con sus ojos demasiado abiertos por la impresión. Itadori trata de maquinar lo que sea para solucionarlo.

—¡P-Pero no me molesta, te lo juro! –Se apresura en decir, sonando ansioso–. ¡Es normal despertar con mal aliento, a veces pasa!

"Acabas de admitir indirectamente que esta no es la primera vez que sucede. ¡Qué burro!" No es el momento adecuado para tus aportes, Sukuna idiota.

Ve a Gojo-sensei reincorporarse de la cama, sin poder hacer nada. Trata de decir algo, pero su mente está en blanco.

—Yo- Lo siento mucho –El ojiazul sale de las sábanas, evitando que vea su rostro–, iré al baño, lo siento. Ya vuelvo.

Sigue la espalda del mayor dirigiéndose al baño, cerrando la puerta tras de sí. Segundos después, puede escuchar el sonido de agua caer y el constante cepillado de algo.

Yuuji deja caer su rostro sobre la almohada, ahogando un grito en esta, totalmente arrepentido y avergonzado.

*

*

*

Se suponía que era algo que se llevaría a la tumba, que no confesaría ni en sus propios sueños. Porque sabía que si se lo decía, pasaría exactamente esto.

Para cuando Yuuji despierta, Gojo ya no estaba en su lugar en la cama como era usual, y no tarda en escuchar el sonido de alguien cepillándose los dientes como si la vida le dependiera de ello.