GoYuu OS

Llamada valiente

El corazón de Yuuji estaba atestado de dudas. Incertidumbre, más bien. Y es normal estar así, si el inicio de todo esto es porque, con toda certeza, se había enamorado.

Enamorarse de alguien que, en realidad, no debería. Por lo que él representa, lo inmoral que era o más bien, simplemente era algo que no podía permitirse. Después de todo, estaba condenado a una ejecución.

Itadori Yuuji es valiente. Por supuesto que lo es; no cualquiera podría seguir, como él lo hace, si se encontraran en su situación. Tiene una convicción increíble, lo que lo hace inigualable. Pero su valentía no alcanza para tomar el valor de confesar sus sentimientos a Gojo-sensei.

En persona.

Y bueno, ese era su plan. Si no puede decirlo teniéndolo de frente, entonces confesaría sus sentimientos por llamada.

Gojo-sensei había tenido que viajar esa misma mañana, por lo que estaría ausente por unos días, cosa que era normal. Él no encontraría extraño el recibir una llamada por la noche, si era de parte suya. Y eso es lo que está haciendo en estos momentos, sentado en su cama mientras abraza su almohada.

El tono suena tres veces, hasta que finalmente responde.

—Yuuji, hola. ¿Pasa algo?

Su corazón se detiene por un segundo, empezando a sentir el miedo y arrepentimiento de lo que está apunto de hacer. Pasa saliva, tratando de calmarse.

—Buenas noches, Gojo-sensei –Dice de primeras, escuchando sus buenas noches también–. ¿Cómo estuvo su día?

Claro que no lo diría al instante, por Dios. Tenía que generar el ambiente para que no se sintiera forzado, y que después no sea tan incómodo.

—Mmm, por ahí va –Responde, y escucha un largo bostezo–. ¿Qué tal por allá?

—Sí, todo bien –Yuuji abraza un poco más fuerte la almohada con su brazo libre–. Es aburrido cuando no estás por aquí molestando.

Escucha la risa de Satoru, y tiene que cerrar brevemente los ojos para preservar la calma. Tener una llamada con él significaba eso: el escuchar su voz, su risa tan de cerca... Su corazón no aguantaba tanto.

La conversación continúa con naturalidad, hablando de cualquier cosa que se le ocurra. Ninguno de los dos se da cuenta, o tal vez lo fingen, que la hora va pasando y cada vez era más tarde, pero eso no tiene importancia.

Pero Yuuji recuerda cuál era el fin de esta llamada, por más que intentara seguir evitando el tema. Da un largo suspiro, el cual capta la atención de Gojo.

—Gojo-sensei... Tengo que decirle algo. –Dice en un murmuro, pero el mayor lo escucha con claridad.

—Uy, ¿algo serio? –Al no recibir respuesta, deja de lado su tono despreocupado–. A ver, dime. Te escucho.

Itadori oculta por unos segundos su rostro en la almohada, ardiendo hasta sus orejas en un sonrojo y con su mente en blanco. Rayos, ¿cómo se supone que le dices a alguien que te gusta?

Satoru queda confundido por el silencio. Mira rápidamente su celular, confirmando que aún seguía en llamada y vuelve a ponerlo en su oído.

—¿Yuuji-kun? –Le llama, y por fin reacciona.

Solo di lo primero que se te ocurra.

—Mi primer amor fue un completo desastre, muy vergonzoso. –Es como empieza, riendo nerviosamente.

—Ah, ¿si?

—Sí. Había alguien que me gustaba mucho –Ya no hay forma de retroceder en el tiempo, así que debe seguir–, pero simplemente no se podía, y fue triste darme cuenta.