GoYuu OS

Gojo vs Itadori

No, por supuesto que no se está siendo débil, eso jamás pensarlo. El problema es que él es tan malditamente lindo que lo distraía.

Dirige su mirada hacia rostro de Yuuji sin siquiera tomarse la molestia de disimularlo, y lo que ve es que el chico empezó a fruncir el ceño mientras parecía mantener la respiración, sus mejillas sonrojándose un poco, tal vez en busca de canalizar su fuerza en un solo punto, que vendría siendo su brazo.

Estaban jugando a las clásicas vencidas, Gojo vs Itadori. Todo era tensión y expectación de quién sería el ganador en un encuentro tan inesperado, tanto para su público -Kugisaki y Fushiguro- como para el pelirrosa, que estaba haciendo sus esfuerzos de doblegar a sensei.

El porqué de esto es bastante simple, e infantil. Un almuerzo junto a sus estudiantes en un restaurant familiar, y todo ocurrió cuando decidieron ordenar el postre: la mesera dio el aviso de que solamente quedaba un mousse de chocolate y chispitas.

Kugisaki y Fushiguro iban a pedir otra cosa, por lo que no fue problema para ellos; pero para Itadori y Gojo, bueno, esa fue otra historia, porque querían ordenar lo mismo.

La resolución fue esta, cortesía de la "pacifista Nobara" al ver que estaban a nada de empezar una discusión: el que ganara en las vencidas se quedaría con el estúpido mousse. Una sola victoria, sin opciones de revancha.

Entonces, acá estamos.

Llevaban cerca de un minuto, y ninguno de los dos pensaba en dar a torcer. Cuando parecía que ya habría un ganador y se terminaría esto, el otro sacaba esa fuerza de reserva y volvía a elevar el brazo al inicio, haciendo de esa pelea casi emocionante. Casi.

Y he aquí el problema de Gojo, que hacía lo mejor de sí para contenerse. Yuuji era fuerte, claro, pero tampoco tanto como para hacerle frente, siquiera era mayor problema para él. Y si es así, se preguntarán, ¿por qué no simplemente terminaba con esto?

Bueno, eso ya lo dijo.

¡Yuuji es tan lindo!

No sabría explicar el porqué, pero le causaba una ternura indescriptible que Yuuji creyera que podría ganarle en las vencidas a él, a su profesor -el más sexy- Gojo Satoru. ¡No quería que esto terminara tan pronto!

Además, en lo más profundo y retorcido de él, quería seguir sintiendo la mano del chico junto a la suya; no le importaba que su agarre sea tan firme que esté cortando el paso de la sangre en su mano, o que empezara a sentir su palma un poco sudorosa, eso le daba el toque.

¡Téngale envidia, seres inferiores y débiles! ¡Yuuji le estaba tomando de la mano solamente a él!

Quería el mousse de chocolate, por eso desde un principio había aceptado jugar a las vencidas con toda la seriedad que podría venir de él. Pero vamos, no podía hacerle esto a su Yuuji.

—¿¡Eh!? ¡Le gané a Gojo-sensei! –Gritó emocionado Yuuji, en cuanto logró hacer que la mano de Gojo tocara la mesa.

Satoru no lamentó la pérdida y solo se cruzó de brazos, porque fue aún más dulce ver a un risueño Itadori rellenar sus mejillas con el mousse de chocolate, con ese brillo en sus ojos.

Pero tenía que fingir un poco, eso lo sabe, para que no se notara que había dejado que Yuuji le ganara.

—Yuuji-kun, ¡qué injusto! –Se queja cual niño, haciendo un mohín–. Vamos, compadécete de tu sensei. ¿Y si me das un poquito?

—No seas mal perdedor, ¿por qué-

Fushiguro cortó sus palabras de imprevisto, al notar que la cuchara de Yuuji se extendió hacia el mayor, teniendo un poco del postre en ella.