Había empezado marzo, y el tiempo se hizo más seco, pero un viento terrible parecía despellejarles manos y cara cada vez que salían del castillo. Había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino. La lechuza parda que Aries había enviado a Remus contándole cómo iba su vida hasta ahora volvió el viernes por la mañana a la hora del desayuno con la mitad de las plumas revueltas. En cuanto Aries le desprendió la carta de Remus se escapó, temiendo que la enviaran otra vez.

La carta, escrita con prolijidad y una hermosa letra, decía:

Querida Aries,

Estoy muy feliz de que hayas podido arreglar las cosas con las personas que quieres, mereces eso y mucho más.

Respecto al torneo, Harry es un buen competidor, aunque no le han dado pista para la tercer prueba, así que deberá prepararse para cualquier cosa.

¿Dices que quieres una madrastra? Bueno, tu padre es muy difícil de enamorar, en su adolescencia sólo una persona pudo hacerlo, pero todo terminó muy mal. Aunque puedo ayudarlo con eso, ¿qué dices?

Posdata: no pienses que no me ha contado sobre Zeus Goldstein, deberás ponerme al día con ello.

Aries dobló la carta y sonrió, su padre no podía mantener la boca cerrada. Fue a la última clase de la tarde (doble hora de Pociones) junto a Harry, Ron y Hermione.

Malfoy, Crabbe y Goyle habían formado un corrillo a la puerta de la clase con la pandilla de chicas de Slytherin a la que pertenecía Pansy Parkinson. Todos miraban algo que Aries no alcanzó a distinguir, y se reían por lo bajo con muchas ganas. La cara dePansy asomó por detrás de la ancha espalda de Goyle y los vio acercarse.

—¡Ahí están, ahí están! —anunció con una risa tonta, y el corro se rompió.

Aries vio que Pansy tenía en las manos un ejemplar de la revista Corazón de bruja. La foto con movimiento de la portada mostraba a una bruja de pelo rizado que sonreía enseñando los dientes y apuntaba a un bizcocho grande con la varita.

—¡A lo mejor encuentras aquí algo de tu interés, Granger! —dijo Pansy en voz alta, y le tiró la revista a Hermione, que la cogió algo sobresaltada.

En aquel momento se abrió la puerta de la mazmorra, y Snape les hizo señas de que entraran. Aries, Hermione, Harry y Ron se encaminaron hacia su pupitre al final de la mazmorra. En cuanto Snape volvió la espalda para escribir en la pizarra los ingredientes de la poción de aquel día, Hermione se apresuró a hojear la revista bajo el pupitre. Al fin, en las páginas centrales, encontró lo que buscaba. Aries, Harry y Ron se inclinaron un poco para ver mejor. Una fotografía en color de Harry encabezaba un pequeño artículo titulado «La pena secreta de Harry Potter»:

Tal vez sea diferente. Pero, aun así, es un muchacho que padece todos los sufrimientos típicos de la adolescencia, nos revela Rita Skeeter. Privado de amor desde la trágica pérdida de sus padres, a sus catorce años Harry Potter, luego de que Aries Black lo deje y se decida por el chico Goldstein, creía haber encontrado consuelo en Hogwarts en su novia, Hermione Granger, una muchacha hija de muggles. Poco sospechaba que no tardaría en sufrir otro golpe emocional en una vida cuajada de pérdidas.
La señorita Granger, una muchacha nada agraciada pero sí muy ambiciosa, parece sentir debilidad por los magos famosos, debilidad que ni siquiera Harry ha podido satisfacer por sí solo. Desde la llegada a Hogwarts de Viktor Krum, el buscador búlgaro y héroe de los últimos Mundiales de quidditch, la señorita Granger ha jugado con los afectos de ambos muchachos.
Krum, que está abiertamente enamorado de la taimada señorita Granger, la ha invitado ya a visitarlo en Bulgaria durante las vacaciones de verano, no sin antes declarar que jamás había sentido lo mismo por ninguna otra chica.
Sin embargo, podrían no ser los dudosos encantos naturales de la señorita Granger los que han conquistado el interés de estos pobres chicos.
«Es fea con ganas -nos declara Pansy Parkinson, una bonita y vivaracha alumna de cuarto curso-, pero es perfectamente capaz de preparar un filtro amoroso, porque es una sabelotodo. Supongo que así lo consigue.»
Como es natural, los filtros amorosos están prohibidos en Hogwarts, y no cabe duda de que Albus Dumbledore estará interesado en investigar estas sospechas. Mientras tanto, las admiradoras de Harry Potter tendremos que conformarnos con esperar que la próxima vez le entregue su corazón a una candidata más digna de él.

SOULMATES ━Harry J. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora