Capítulo 35 - Estrategia

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Zhao Lu solo miró a Feng Ming y no dijo nada. Al principio, Feng Ming pudo devolverle la mirada, pero luego desvió la mirada. Su corazón aún no podía dejar de lado a este hombre por completo, Feng Ming temía que si miraba a Zhao Lu demasiado tiempo, su corazón simplemente se rendiría.

Zhao Lu se rió entre dientes y luego se volvió para irse.

Sólo en este momento, Feng Ming finalmente encontró su voz. Dijo humildemente: "Señor Marqués, espere un momento".

"¿Su Majestad todavía tiene más orden?" Dijo Zhao Lu sin siquiera darse la vuelta.

Feng Ming miró la espalda de Zhao Lu. Finalmente, suspiró y dijo: " Gu planea visitar el río Ming durante aproximadamente un mes".

"Río Ming ..." Zhao Lu no pudo evitar repetir; Aparentemente perdido en un pensamiento. Este era el lugar donde se conocieron, aunque Feng Ming no lo sabía. Ese año, fue al río Ming y vio a Feng Ming. En ese momento, Zhao Lu todavía era joven, su familia y parientes aún estaban vivos.

Feng Ming dijo: "Hoy, los funcionarios de la corte presentaron un caso, la represa de Rio Ming se había roto durante muchos años y la condición de los refugiados se está convirtiendo en un problema. Guquiere ir a ver el lugar. Los asuntos en la ciudad capital serán manejados por usted ".

Zhao Lu hizo una pausa, y luego asintió, "Este subdito hará su mejor esfuerzo".

Luego salió de la habitación.

Rui Xue estaba esperando afuera de la residencia de Feng Wang. Esperaba que el Señor Marques se hubiera reunido con Feng Wang y se hubiera reconciliado. Pero entonces vio a Zhao Lu saliendo con una expresión fría en su rostro.

En realidad, los dos no solo habían peleado una o dos veces. Cuando Zhao Lu acababa de ingresar como oficial y no era aún un Marqués Zhulu, su temperamento era bastante frío y cortante. Solo dijo lo que quería decir. Feng Wang siempre tuvo que protegerlo, de lo contrario, Zhao Lu ya habría sido evitado por la multitud.

En ese momento, Zhao Lu todavía era muy joven y muy audaz, y Feng Wang acababa de ascender al trono. Los dos eran igualmente duros. Si Feng Wang no hubiera tratado a Zhao Lu con tanta sinceridad, estas dos personas cerradas no estarían juntas hasta hoy.

Pero al ver que el estado de ánimo del Señor Marques no era bueno, Rui Xue, que siempre había sido bueno leyendo a la gente, supo de inmediato que quizás esta vez, el corazón de Da Wang no quería inclinarse más.

Cuando Zhao Lu regresó a su residencia, se encerró en su habitación. No salió a comer ni a cenar, y los sirvientes no se atrevieron a acercarse demasiado a su puerta.

Rui Xue se paseaba por unas cuantas rondas fuera de la habitación de Zhao Lu, pero al final decidió no golpear la puerta. Cuando estaba a punto de irse, escuchó la voz de Zhao Lu llamándola.

Rui Xue abrió la puerta. La habitación estaba muy oscura, así que Rui Xue encendió las velas. Encontró a Zhao Lu de pie junto a la ventana, pero no podía adivinar en qué estaba pensando.

Zhao Lu dijo: "Hay una carta sobre la mesa. Ayúdame a enviarlo.

Rui Xue hizo lo que le ordenaron. Mientras recogía la carta, Zhao Lu dijo de nuevo: "Ve rápido y regresa tan rápido. Recuerda, el contenido de la carta no es algo que puedas ver ".

"Este siervo entendió".

Rui Xue salió apresuradamente de la habitación de su maestro. Se cambió de ropa y se disfrazó antes de salir de la residencia. Rui Xue siempre estuvo a cargo de las cartas de Zhao Lu. Era la ayudante más confiable del marqués Zhulu, pero también el sirviente más favorito de Feng Wang. Nadie se atrevió a sospecharla ni a detenerla.

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