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Capítulo 25 - Rompiendo todos los lazos

Cuando Rui Xue entró en la habitación, Feng Ming estaba acostado en la cama de espaldas a ella. Ella no podía decir si él estaba dormido o no.

Echó un vistazo a la cena intacta sobre la mesa, parecía que Feng Wang ni siquiera había comido todavía.

Pais Feng estaba ubicado más al sur, el clima se había vuelto muy frío pero aún no estaba nevando.

Feng Wang siempre había tenido una constitución fuerte, incluso si tendía a usar ropa de mujer debido a la influencia del marqués Zhulu, todavía era digno de ser un comandante militar que alguna vez había sido. Feng Ming había demostrado su talento sobresaliente desde que era muy joven, y desde entonces ya había conducido tropas de soldados a muchas guerras.

Estos pocos días, debido a una diferencia de opinión con respecto al asunto de la Gran Princesa, la relación de Feng Ming con Zhao Lu había sido tensa. Aparte de los días en que Zhao Lu realmente se presentó en la asamblea de la corte, no se habían visto en absoluto.

Feng Ming no estaba contento con esto, pero aún era el rey de un país, se negó a dar marcha atrás.

Justo en ese momento, el mensajero de Xue Junliang llegó y le informó que su Emperatriz estaba asustada en un intento de asesinato y no podía venir a Pais Feng como estaba previsto.

Feng Ming se dio cuenta de que Xue Junliang lo había engañado, estaba tan enojado que cayó enfermo durante diez días.

Rui Xue era una ayudante y un activo elegido personalmente por Zhao Lu, pero también era una mujer. Había estado cerca de Feng Ming durante tanto tiempo, sabía que el sentimiento de Feng Wang por el Marqués era más profundo de lo que nadie podía decir; No se pudo borrar tan fácilmente. Pero ella estaba indefensa e impotente, e incluso si tenía el poder de ayudar, no podía. Como ya no era un asunto entre dos hombres, también era un asunto entre dos países.

Rui Xue se acercó a la cama y dijo con suavidad: "Da Wang, por favor, come algo".

Una sacudida infinitesimal de la cabeza era la única respuesta de Feng Ming.

Rui Xue dijo: "Da Wang, eres la persona más importante del Señor Marques. Tú también el que mejor conoce al señor Marqués. Estos pocos días, no quería entrar en el palacio por temor a ofender a nadie. Da Wang, por favor, no te lo tomes en serio".

Feng Ming dejó escapar una risa brusca, luego se dio la vuelta para enfrentar a Rui Xue, mirándola fijamente. Su mirada de alguna manera hizo que Rui Xue se sintiera incómodo.

"Tienes razón", dijo Feng Ming, "lo puse en el lugar más profundo de mi corazón, pero durante tantos años nunca me ha tomado en serio ... Gu es el monarca más alto de este país, nadie se atreve a tratarme como lo hace. Incluso si ... Aunque no fuera un rey, merezco ser tratado con la cortesía más común ".

"Da Wang, tú ..." Mientras más Rui Xue escuchaba la queja de Feng Ming, más le dolía el corazón. Ella quería decir algo, pero Feng Ming no habia terminado.

Feng Ming dijo: "Rui Xue, lo sé, en toda la residencia del Marqués Zhulu, eres el único que realmente me trata con amabilidad. No solo la residencia del marqués, todos en la Corte Imperial desprecian la mera mención de mí. Si yo ... Si mi sentimiento por Zhao Lu no fuera tan sincero, ¿cómo estaría dispuesto a rebajarme por él? ¿Cómo siempre me esforzaría por complacerlo?

Rui Xue quiso decir que el Señor Marqués era consciente del sincero afecto de Feng Ming hacia él; ese Señor Marqués lo entendió muy bien, era que los dos, desafortunadamente, cada uno estaba en lados diferentes y opuestos.

Esas fueron palabras que no le permitieron decir, sin embargo ...

Feng Ming se rió de nuevo y dijo: "¿Estás triste? Estoy aún más triste ".