18 de Noviembre

478 67 3
                                    

Sentía el frío de la madrugada... pero no me fue suficiente para despertar. Simplemente me giré, haciéndome bolita y tratando de arroparme con mis brazos.

Unas horas después, mi móvil sonó insistentemente. Me apresuré a despertar y contesté. ¡Estaba seguro que Tom llamaría!

— ¡Tom! Me tenías preocupado... creí que...
— Hola, Bill —la voz de Ria del otro lado de la línea borró mi sonrisa y disipó la alegría que repentinamente me había embargado—. Perdona que te hubiera ilusionado...
— N-no. Esta bien... debí haber revisado primero el origen de la llamada —murmuré desilucionado. Me levanté despacio, luchando contra el frío que había entumecido mi cuerpo y entré a prepararme un café— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Andy me dijo que no has ido a trabajar tampoco...
— Yo estoy bien. Es Tom de quien quiero hablarte.

Dejé de lado el café y le empecé a cuestionar, sumamente preocupado; sintiendo que mi corazón se detenía de golpe.

— ¿Está bien? ¿Qué tiene?

Le escuché suspirar.

— Después de que saliste del hospital, tomé el primer vuelo de regreso a casa, para hacerlo regresar... pero cuando llegué me encontré con que no estaba en su departamento. Estuve buscándolo hasta que un vecino me dijo que desde hacía días no estaba...
— Dime que está bien, por favor... —pedí al borde de las lágrimas. Cuando no estaba en su departamento era señal de malas noticias. Eso pasó cuando lo atropellaron, unos días después de que regresara luego de pedirme que fuera su novio...
— Él sí, pero su hermano no —hizo una pausa. Yo me quedé callado, sintiendo una lágrima resbalar por mi mejilla. Él también me preocupaba... después de todo, Andy era un poco parecido a mi y le tenía un gran cariño—. Ahora está muy grave en el hospital y Tom está en líos para pagar la cuenta —suspiró una vez más—. Tuvo que deshacerse de su móvil y ha estado trabajando sin parar —me tomé firme de la mesa al sentirme un poco débil—. Creo que no volverá en un tiempo. Lo siento... yo me quedaré a ver si le puedo ayudar en algo. —se quedó en silencio, esperando que dijera algo.

Tomé aire, esperando que mi voz no se quebrara.

— Cuída de los dos, ¿si? Y... dile a Tom... que lo esperaré y que... lo amo. —dije en un susurro, colgando antes de que me escuchara llorar.

Me dejé caer al suelo, limpiando mis lágrimas.

Me sentía tan... egoísta. Todos estos días quería que regresara, que me abrazara y se quedara conmigo, olvidándome que tenía un hermano a quien cuidar. Nunca me detuve a pensar realmente en que tuviera problemas... solamente pensaba en mi... qué idiota que era...

Diario de un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora