Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)

Inesperado

...

--No puedo creer que de verdad seas tú-- dijo Elena mientras se separaba del torso de su amigo, escuchando cómo Ted y Andrómeda bajaban las escaleras mientras Remus limpiaba las lágrimas en el rostro de su amiga.

--¿Ya ganamos?-- preguntó Nymphadora desde la cocina, temiendo bajar por sí sola de la barra debido a su torpeza, y Andrómeda fue por ella confundida.

--¿Tú eres...?-- preguntó la castaña con su hija en brazos, mirando fijamente a Remus, pero antes de que él pudiera responder, Ted se le adelantó.

--Es Remus Lupin, querida, el amigo de tu primo Sirius-- Andrómeda abrió la boca soltando un "Oh" sorprendida.

--Puedo volver otro día si hoy no están disponibles-- repuso aún abrazando a Elena, quien lo miró confundida.

--¿Qué haces aquí, Remus?-- el castaño se sonrojó y desvió la mirada de su amiga, evadiendo la de los Tonks.

--Será mejor que les demos privacidad-- dijo Ted dirigiendo a su familia a las escaleras.

--Pero yo quiero escuchar lo que dicen-- repuso Nymphadora tratando de zafarse de los brazos de su madre, sin éxito alguno.

--Tú ni siquiera deberías de estar despierta-- la regañó su mamá, después perdiéndose en las escaleras, cerrando la puerta al llegar al cuarto.

--¿Necesitas ayuda?-- le preguntó Remus mientras caminaban hasta la sala, extendiendo su mano como apoyo que Elena aceptó, sentándose en el sillón suspirando.

--Me he visto peor-- dijo sonriente al notar la mirada preocupada de su amigo sobre ella.

--Sé que sí respondió-- tratando de seguirle el juego, pero la verdad estaba muy impactado por lo que su cuerpo expresaba.

--No pongas esa cara, estoy bien, en serio...

--No te hemos visto en casi cuatro meses, Elena, y cuando te vas nos dejas muy consternados y no recibimos noticias tuyas, ni una sola carta, y cuando te encuentro estás... así-- la interrumpió, frunciendo el ceño preocupado --¿Qué te pasó?.

--No quiero hablar de eso, pero cuando esté lista, te lo contaré-- Remus formó una mueca disgustado con la respuesta de su amiga --¿Cómo están todos?.

--Igual que cuando te fuiste, sólo que Lily y James ya no son los mismos de antes, ya no son cursis el uno con el otro, a duras penas y bromean, o al menos es lo que he visto desde que llegué-- Elena lo miró curiosa.

--¿ "Desde que llegaste"? - le preguntó confundida --¿Acaso te fuiste? - Remus tragó saliva un tanto incómodo, asintiendo.

--Pocos días después de que tú lo hicieras, pues la luna llena se acercaba y no comprometería a nuestros amigos a apoyarme cuando ellos son los que necesitan ser apoyados-- respondió, y Elena agachó la mirada triste, tomando la mano de su amigo entre las suyas.

--Sabes que no me gusta que pases tus transformaciones solo, Lunático-- Remus se encogió de hombros, como si eso no fuera la gran cosa.

--Me encadeno a algún árbol dependiendo de la ciudad en la que estoy, pierdo el conocimiento así que no importa qué tan mal me sienta, lo olvido, es como quedarme dormido. Aunque, claro, una vez que estoy despierto, todo el dolor y sufrimiento me ahogan, pero no es tan malo como parece-- Elena lo miró, sin estar segura de sus palabras.

--¿Por qué vas de ciudad en ciudad, por qué no sólo te quedas quieto en un mismo lugar? - Remus suspiró agotado, recostándose en el respaldo del sillón.

--Los muggles son listos, notarán cuando un lobo que antes no estaba ahí empiece a aparecer justo cuando un extraño forastero llega. Hay películas y libros sobre eso, en serio-- se excusó ante la risa de Elena.