Uno y medio

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...

Unos días más tarde, Elena y Sirius se despedían de sus amigos en la madrugada, frente a la casa de Alice y Frank.

--Saben que no es necesario que se vayan-- le dijo Fortescue mientras abrazaba a su amiga.

--Es peligroso ahora que la "Señora Tenebrosa" sabe donde estamos, no quiero comprometerlos más de lo que ya están-- respondió Elena, prosiguiendo a despedirse de Frank --Agradecemos que nos hayan dado asilo en su casa cuando lo necesitamos, pueden contar que nosotros haremos lo mismo si llega a hacer falta.

--Cuídense mucho-- le pidió Lily, quien se encontraba consternada por la idea de que pudiera pasarles algo estando solos en su casa.

--Tengan comida extra preparada, porque iremos a visitarlos, y no estoy pidiendo permiso-- les advirtió Remus, el cual ayudaba a Sirius a meter al pequeño Crokshanks en el auto, dentro de su jaula.

--¿Y tú, Peter? ¿Irás a visitarnos?-- lo cuestionó Elena.

--Sabes que a donde vaya Remus, voy yo-- ella sonrió, consciente de eso.

Volteó en búsqueda del único que le faltaba despedirse, así que se acercó a los asientos traseros del carro, donde los sillones de sus bebés (ambas profundamente dormidas) estaban colocados.

Se subió al lugar del conductor, y extendió su mano al asiento vacío entre ambos porta-bebés, jalando la capa de invisibilidad, despeinando los cabellos de James.

--Fue idea de Hermione-- se excusó rápidamente, señalando a la bebé equivocada.

--Esa es Jane.

--Sí, bueno, el hecho de que sean mellizas no quiere decir que no sean casi idénticas, cuando duermen parecen gemelas-- soltó, tratando de alcanzar nuevamente su capa para volvérsela a poner.

--Sabes que puedes visitarnos...

--Es lo mejor para tus hijas que vivamos con ustedes, de otra forma ¿Quién ayudará a Sirius a cambiar el pañal de Hermione?... Jane llorará porque va a extrañar babear mis lentes, Hermione extrañará que le lea cuentos... Y yo... Yo los extrañaré a ustedes.

Elena sonrió, tomando la mano de su amigo --Sólo serán unas horas, además, tienes las llaves de la nueva casa.

Sirius se subió al coche, riendo al ver a James en el asiento trasero por el retrovisor.

--Te dije que no funcionaría-- se burló.

--Si bueno, aún nos queda plan "B"-- le dijo, guiñándole un ojo.

--¿Cuál es plan "B"?-- preguntó Elena con curiosidad, mientras Potter abría la puerta para salir del auto.

--Si todo va como lo planeado, jamás lo sabrás-- respondió, depositando un fugaz beso en su mejilla --Ya no les des cerveza de mantequilla a "Cilantro" y "Perejil"-- le dijo a Sirius, refiriéndose a las mellizas, para después bajar del coche.

--¿Que tú qué?-- soltó Elena, mirándolo con los ojos abiertos como platos.

--No lo dice en serio, está bromeando... Más o menos-- murmuró justo el momento en que la bruja arrancó el motor, siendo silenciado por este.

Tras un silencioso viaje con el propósito de no despertar a las bebés, llegaron finalmente a su destino, la antigua mansión White.

--¿Estás segura de querer hacer esto... vivir aquí?-- la cuestionó Sirius, ella asintió, guardando las llaves del coche, prosiguiendo a bajarse.

--Debemos guardar el dinero que tenemos para Herms y Jas... Jane-- se corrigió con un tono amargo, apresurándose hacia la puerta.

Cada uno de ellos cargó a una de sus hijas, llevando en su mano libre una de sus maletas.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant