20- Hasta que la muerte los separe

16.7K 1.7K 195
                                    




      Tiene que ser una broma. Es lo único en lo que pienso cuando tengo entre mis manos la invitación a la boda del duque.

      —¿En serio va a hacerlo? —le cuestiono al rey que está frente a mí.

      —Sí, lo hará, y todos debemos asistir.

      —¿Y eso en qué posición nos deja?

      —Por el momento las cosas no se están viendo alteradas. Cuando te marches en cuatro meses, es posible que haya ciertos murmullos, pero sabremos qué hacer. Por el momento encárgate de seguir sonriendo y esas cosas.

      Salgo del despacho y me encierro en mi habitación. Faltan treinta minutos para que empiece la videoconferencia con mi maestra. Todavía no me creo esto de que realmente estoy estudiando y que en serio me está saliendo bien. Le agradezco al idiota cada vez que puedo, porque realmente esto es increíble.

      Reviso mis apuntes mientras espero a que el tiempo pase, pero mi mente se va a otro lugar. Últimamente estoy algo obsesionada con los patrones de comportamiento. Poder definir los perfiles psicológicos de las personas es algo a lo que le he encontrado el gusto. He evaluado a casi todos los guardias del castillo, y a pesar de que fue de forma básica, es mucho.

      Sigo recayendo en la planilla del rey. Su patrón de comportamiento ha ido variando de forma casi imperceptible, igual que el del idiota. Pero si se compara el primero con el último que hice, se pueden notar cambios más profundos.

      Creo que el rey está a punto de retirarse y nombrar al idiota como su sucesor. Me he estado dando cuenta de que el primero le deja montones de sus deberes a su hijo, prácticamente el idiota está dirigiendo la nación, y lo sé porque apenas tiene tiempo para follar cada dos o tres noches.

      Retomo la ficha de las características del rey, pero un sonido llama mi atención. La clase empezó. Me arreglo un poco el cabello y enciendo la cámara, lista para las próximas dos horas.


Dos horas después...

      Termino de anotar los términos que debo investigar para la siguiente clase y las asignaciones que debo cumplir cuando escucho la puerta abrirse.

      —¿Estás en clase?

      No necesito girarme para reconocer la voz del idiota.

      —Solo me falta anotar unas cosas y listo —termino las palabras que me faltan y cierro mi libreta a la vez que tomo mis cuadernos y computadora para dejarlas sobre el escritorio—. Ya terminé.

      Apenas termino esas palabras y me giro hacia él, veo cómo se acerca a paso rápido y literalmente me toma y me tira sobre la cama subiendo a horcajadas.

      —Oye, no querrás parecer desesperado —me río.

      —En dos horas es la boda —dice quitándose la camisa y mi vista se va a sus pectorales—. Casi no hay tiempo, hay que hacerlo rápido.

      No me voy a oponer, así que empiezo a desvestirme de forma rápida y cuando ambos estamos desnudos, se acuesta llevándome sobre él.

      —Tú arriba —dictamina—. Quiero verte.

      No tengo quejas, especialmente por el hecho de que con solo verlo desnudo estoy empapada y lista para lo que sea. Antes de que empiece la diversión me aseguro de saborear su polla. Esta cosa se ha vuelto algo adictiva y a cada nada quiero tenerla dentro. Cuando siento que todo está listo, la coloco en mi entrada y me deslizo suavemente sobre ella.

En la cama del príncipeحيث تعيش القصص. اكتشف الآن