No logro entender cómo un rostro tan angelical es capaz de hacer tanto daño sin pensar en las consecuencias de sus actos. Eso confirma una vez más que las apariencias engañan. Y eso era Camila Anderson Smith, un rostro angelical al cual muy pocas ve...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Somos adictos a lo que nos destruye." —Anónimo.
1/2
CAMILA
Soy un asco como novia.
Lo juro, ni siquiera sabía la dirección de Jayden. Afortunadamente uno de los escoltas si, pero eso no me hacía sentir mejor. Una vez que aparcaron los dos autos dejé salir un suspiro, casi entre cortado porque aún me dolía haberme enterado de los anónimos.
Más bien de la anónima porque lo que hiciera o dejara de hacer Steven no podía importarme menos.
Traté de esfumar mis pensamientos unos momentos para no llorar. No quiero hacerlo.
—Te van a llevar a tu casa, pero si yo entro ahí y algo le pasó a mi novio, no vas a llegar a ninguna parte que no sea tres metro bajo tierra —Lo miré inexpresiva y tragó grueso—. Y te lo juro por Dyan Smith Pelletier, la mujer que me dio la vida, que lo voy a cumplir.
Y eso va para Steven y Melissa.
—Se que estás enojada y dolida, y también se que tus amenazas se pueden convertir en realidad —comenzó a decir—. Pero también se que no le pasó nada. Ya fue suficiente como para que también se metieran con él.
—Eso espero. Ahora si, adiós —Quería bajarme pero volvió a hablar.
—Fue un placer ayudarte y haberte conocido bonita. Gracias por la ayuda para mi mamá, se que una parte de ti puede ser buena con quien lo merece. Cuídate y que tengas mucho éxito —Me dio un beso en la mejilla y lo miré con recelo. Sonrió pero yo me bajé del auto y este se fue desapareciendo por las calles mientras el otro seguía aparcado.
Abracé mis hombros y los froté, me dolía muchísimo la cabeza de la rabia y las emociones que estaba reprimiendo.
La gélida noche había caído y el cielo daba la impresión de que llovería pronto, incluso pequeñas gotas comenzaron a caer anunciando una noche bastante lluviosa.
