—No ha sido fácil, pero he conseguido las llaves, tío —dijo el rubio, acercándose al borde del bote para tenderle las llaves a su mejor amigo —. Corre como si fuera nuevecita.

—No empieces a hablar como si fuera una persona —protestó Kie. JJ rodó los ojos.

—¿Preparado para irte? —preguntó, todavía mirando a John B. El pecoso frunció el ceño y negó con la cabeza.

—No me voy a ir sin Sarah —contestó, algo obvio. Lee y JJ se miraron el uno al otro e hicieron una mueca para, a continuación, mirar los dos a John B. JJ, que todavía estaba arriba del barco, se agachó de modo que quedó a la altura de su mejor amigo, justo en frente de él y puso la mano en su hombro.

—Tío, escúchame —pidió JJ. El pecoso miró a su mejor amigo con los ojos aguados y los labios presionados en una línea recta —, sé que no te quieres ir sin ella, pero...

—Me ha dicho que iba a venir —susurró, con voz temblorosa. Lee sintió una punzada en el estómago y el nudo crecer en su garganta al imaginarse cómo debía de estar sintiéndose su hermano, así que, con los ojos inundados en lágrimas, se acercó un poco más y puso su mano en el otro hombro de John B para darle un suave apretón. 

—JB, no... —empezó. Le tembló tanto la voz, que tuvo que parar para tragar saliva, provocando que a John B se le escaparan las primeras lágrimas y que JJ tuviera que respirar hondo para mantener la calma. 

Kie y Pope retrocedieron un paso, dejándoles algo de espacio. El moreno, al sentir la mirada del castaño clavada en él, sintió el calor subir hasta sus mejillas. Cogió aire y se giró un poco, de modo que quedó de espaldas a Nate, obligándose a sí mismo a centrarse en sus amigos. Kie frunció un poco el ceño al percatarse de la mirada de Nate sobre Pope, pero se limitó a encogerse de hombros de forma casi imperceptible y volver a mirar a sus tres amigos. 

Mientras JJ intentaba que John B escuchara las indicaciones que le estaba dando sobre qué tenía que hacer una vez saliera de Outer Banks, Lee se subió al bote para comprobar que no se les había olvidado nada y para asegurarse de que su hermano no la viera llorar. A pesar de que las lágrimas caían de sus ojos a gran velocidad, la pecosa se obligó a sí misma a mantener la calma porque no podía perder los nervios.

No podía hacerle eso a su hermano.

Sintiendo la presión crecer en su pecho, Lee tuvo que apoyarse en la barandilla del barco, de espaldas a los demás, para dar grandes bocanadas de aire, intentando controlar los nervios. Agarró la barra de metal con fuerza, olvidándose de su tarea de evitar ponerse a llorar, de modo que las lágrimas caían de sus ojos a borbotones mientras que su pecho se movía a gran velocidad por culpa de su respiración agitada.

Al sentir una mano en su espalda, Lee se sobresaltó un poco y tragó saliva a medida que giraba la cabeza lentamente. Cuando vio a su hermano parado detrás de ella, mirándola con los ojos inundados en lágrimas y el labio tembloroso, la pecosa, sin decir nada, se giró del todo y abrazó a John B con todas sus fuerzas, acción que él imitó, acercando a Lee a él y apoyando la mejilla en su cabeza. 

—Pero no llores —susurró John B con la voz algo temblorosa, acariciando el pelo de su hermana. Ella negó con la cabeza y lo estrechó un poco más, cerrando los ojos con fuerza mientras dejaba escapar un sollozo —. Lee, solo van a ser...

—Me da igual cuánto tiempo sea, Johnny —protestó ella, separándose un poco. Se pasó las manos por la cara y tragó saliva, bajando la mirada a sus pies mientras se mordía la mejilla por dentro —. ¿Qué voy a hacer sin ti? 

—Lee —dijo el pecoso, poniendo sus dos manos en la cara de su hermana pequeña para obligarla a mirarlo a los ojos. Aunque tenía la cara empapada por las lágrimas y los ojos algo rojos, medio sonrió —, aquí la verdadera pregunta es, ¿qué voy a hacer yo sin ti?

fearless || jj maybankWhere stories live. Discover now