Cap. 39º: "Hora de dormir."

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No sabía exactamente qué hacer, mi plan original había sido dormirme en el suelo con una cobija y una almohada, ya que me negaba rotundamente a dormir sobre el mismo colchón que mi hermanastro, y más después del beso que le había robado. Ugh, de sólo pensarlo un millón de escalofríos recorrían mi cuerpo en cuestión de segundos, y aún no decidía sí a una parte de mí le gustaba aquello o no. Que tonta era.

Finalmente, con pasos temblorosos, ya que no quería hacer ningún tipo de ruido que despertara a nadie, me acerqué al sofá-cama donde Alexander dormía con una mano cubriendo sus ojos y la otra extendida hacia el exterior del colchón. De pronto, mis ojos repararon en el iPhone negro que descansaba en la mesa de centro, donde Thiago lo había depositado después de que se le cayera al suelo en un descuido. Afortunadamente la pantalla estaba intacta.

Sin embargo, ese no había sido el motivo por el cual mi mirada ahora se encontraba fija en el móvil, sino por la luz parpadeante que emitía destellos verdes. Sin pensarlo dos veces tomé el celular entre mis manos y descubrí que estaba con 5% de pila, y no sólo eso, sino que tenía alrededor de 20 llamas perdidas por parte de Regina. Me estremecí, ¿qué sería de ambos mañana por la mañana? Mi único consuelo era que hasta ese momento yo no parecía tener ninguna llamada perdida.

Dejando el celular de Alexander donde lo había encontrado, me apresuré a construirme una especie de cama al costado del sofá-cama, y estaba a punto de cerrar los ojos, cuando mi propio celular vibró a un lado de mi mano derecha, donde lo había colocado. Rápidamente me apresuré a cambiarlo a modo silencio y descubrí que tenía un mensaje nuevo en el WhatsApp.

<<Espero que hayas llegado bien a casa.>>

Ethan. Una sonrisa se escapó de mis labios.

<<En realidad no estamos en casa.>>

<<¿Cómo? ¿Dónde están?>> su respuesta no tardó en llegar.

A una parte de mí sinceramente le daba vergüenza admitir que estaba en casa de un amigo, con Alexander en el quinto sueño a escasos centímetros de mí, pero por otra parte era Ethan, y eran mejores amigos ¿no? Él mismo nos había ayudado a escapar, por así decirlo ¿Entonces por qué me daba pena?

<<No podíamos regresar a casa de Ezra, no con Alexander así. >> Me justifiqué.

<<Pero están bien... ¿no?>> Su preocupación era realmente adorable.

<<Sí, no te preocupes. Un amigo mío nos dio asilo en su departamento>>

<<Les hubiera ofrecido mi propia casa, pero mi padre... ya lo has conocido.>> Después de la frase colocó una carita triste.

<<Está bien, entiendo.>> Escribí colocando una carita feliz al final de la frase.

Sin esperar una respuesta, bloqueé mi celular y lo dejé en la mesa de centro junto con el de Alexander. A estas alturas de la noche mis ojos a duras penas se podían mantener abiertos, sin embargo, aquella sensación no duró por mucho tiempo, ya que repentinamente la voz de Alexander me sobresaltó de tal manera que terminé golpeándome la cabeza con una de las patas de la mesa.

—¿Kate? —dijo con voz pastosa, pero lo suficientemente alta como para alborotar mi corazón.

Lentamente al tiempo que sobaba mi frente, me senté y me encontré con el confundido rostro de Alexander, quien tenía un codo apoyado en el colchón para estar medio sentado.

—Estoy aquí —dije colocándome en su campo de visión —¿Cómo te sientes?

—¿Dónde estamos?

Su voz aún se escuchaba con los estragos del alcohol, justo como sonaba antes de haberlo forzado a entrar al auto ¿seguiría sin recordar nada?

—En la casa de un amigo, te he traído hasta acá porque nuestros padres... —comencé a decir.

—¿Qué haces ahí abajo? —me interrumpió. Al parecer le importaba poco las razones por las cuales estaba en el sofá de un desconocido.

—Intentar dormir —dije al tiempo que frotaba mi cabeza con cansancio.

Alexander me miró con el ceño fruncido.

—Que rara eres —decretó después de unos eternos segundos, y sin decir más se volvió a acostar.

Lentamente comencé a soltar el aire que se había atorado en mi garganta al contener la respiración. Todo estaba bien, por ahora.

***

Good Girls love Bad BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora