Cap. 23º: "Secretos."

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Sin decir una palabra más, descendimos por las escalerillas de emergencia y con pasos algo vacilantes, me adentré al cuarto de ensayos con la espalda de Alex como único escudo.

—¡Hey! Kate —escuché la animada voz de Aaron, quien en esos momentos se encontraba limpiado su guitarra Fender con un pequeño trapo— ¿Ahora serás nuestra nueva groupie?

—Eh... Hola —fue lo único que atiné a decir un tanto desconcertada.

—No la molestes, Aaron —dijo Ethan al tiempo que le arrojaba una tapa de cerveza a su amigo— ya suficiente debe de tener con compartir techo con Alex.

Todos los chicos comenzaron a reír a carcajada limpia, mientras que yo como una perfecta boba, me quedé parada en un rincón del cuarto sin saber muy bien qué hacer con mis manos o en dónde posar la mirada ¿Por qué me ponían tan nerviosa? Esto jamás me había pasado en los ensayos de la banda de Cam, aunque, por otro lado, a esos chicos los conocía de casi toda la vida.

—Si no les importa, a mí me gustaría ensayar —se escuchó la voz de Alexander, quien de inmediato acalló la risa de sus amigos— El concierto es pronto y no estamos al cien.

—¿Bromeas? —exclamó Nate— El público nos amó ayer. Si eso no fue dar el cien para ti, no sé qué pueda ser.

—Que un montón de niñas grite porque Aaron se quita la camisa cada cinco segundos o porque Ethan se tome la libertad de bajar del escenario a repartir sonrisas, no quiere decir que lo que estemos tocando sea lo mejor— dijo Alexander, quien en esos momentos trataba de encender el Malboro que traía en la boca.

—Lo dice el cantante estrella que regala sus chaquetas sudadas a las de la primera fila —murmuró Nate lo suficientemente alto como para ser escuchado.

—¡A eso me refiero! —exclamó Alexander de pronto— Quiero que en este concierto seamos juzgados por nuestra música y no nuestro físico. No quiero que nos volvamos la típica boy band que sólo tiene groupies.

Sin poder evitarlo me encontré a mí misma aclarando mi garganta, provocando la mirada de cada uno de los miembros del grupo.

—Para ser justos —dije al tiempo que me sentaba en una silla al lado del teclado eléctrico— por lo que pude observar del público, tienen la misma cantidad de aficionados varones que mujeres.

—¿Ves? —dijo Aaron encogiéndose de hombros— Si lo que te preocupa es que nos volvamos One Direction, no va a pasar. Es obvio que vamos a tener más fans mujeres —dijo como quien no quiere la cosa, mientras subía los pies a la mesa de centro— Digo, después de todo me tienen a mí. Las chicas vienen como imanes.

—Bien, Aaron —exclamó Nate con sarcasmo— siempre dando una explicación lógica a las cosas.

Con una sonrisa de comercial, Aaron le guiñó un ojo y se recostó en su asiento.

Generalmente no me consideraba una persona que pone etiquetas o juzga de primera vista a las personas, pero con este singular grupito no me estaba costando nada de trabajo encasillar a cada uno de ellos, y Aaron... Bueno, ya se imaginarán en qué categoría lo había puesto desde la primera vez que cruzamos miradas.

—¿Tú qué opinas Kate?

Aturdida por la repentina mención de mi nombre, enfoqué a Ethan quien me miraba con una cálida sonrisa.

—Eh... bueno —balbuceé al sentir los cuatro pares de ojos posados en mi pequeña silueta— Concuerdo con que van a atraer a más chicas, por el simple hecho de ser atractivos —dije de pronto poniéndome roja de la vergüenza al encontrarme con la penetrante mirada esmeralda de Alexander— Pero su música es lo suficientemente buena como para dejar huella. Quiero decir ¿Cuántas personas no amaban a Pearl Jam? Y no sólo era por la linda carita de Eddie Vedder.

Good Girls love Bad BoysWhere stories live. Discover now