no puedo

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Capítulo 16: no puedo

Por la mañana, Lia se quedó un rato después de despertarse dentro de la cama. Fingió estar dormida cuando le llevaron el desayuno y se levantó cuando la enfermera que se lo había traído se fue.

Después del desayuno se lavó los dientes y se duchó, fiel a su costumbre. Pero cuando terminó no sabía qué hacer. Se suponía que había quedado con Allen, pero no la había llamado ni había ido a su habitación y a Lia le daba corte ir a buscarle.

Se puso a ver la tele para matar el tiempo.

Una hora después salió de su habitación. Aún no había visto al chico y temía que le hubiera podido pasar algo. Fue hacia su habitación y se encontró con la puerta cerrada. Llamó, pero nadie respondió.

Lia puso la oreja en la puerta y escuchó varias voces que provenían dl interior. No entendía nada de lo que decían, pero estaba claro que a Allen le pasaba algo. Sin querer interrumpir a los médicos, se sentó en el suelo del pasillo, preocupada por lo que le hubiera podido ocurrir, a esperar a que saliesen de la habitación.

Diez minutos más tarde, la puerta se abrió y por ella salió Anne, la enfermera que había visto en más de una ocasión, y Sophia.

-          ¿Qué haces aquí, Lia?- preguntó sorprendida al verla.

-          Nada- contestó de inmediato ella.

Sophia se acercó a su hermana pequeña y se arrodilló para ponerse a su altura.

-          Lia, no me digas que Allen Ridghtworth es el amigo del que hablaste ayer a mamá y a papá- murmuró para que solo lo escuchara ella.

-          ¿Y qué si lo fuera?- Lia empezaba a estar molesta con la actitud de su hermana.

-          Está muy enfermo, Lia- dijo Sophia pronunciando lentamente cada sílaba-. No creemos que llegue al año que viene. No me parece que sea la mejor amistad que hayas podido hacer aquí.

-          Pero como me lo tiene que parecer a mí y no a ti, no hay nada de lo que hablar- dijo Lia mientras se levantaba ofendida y caminaba hacia la habitación.

-          Lia, no te digo que no puedas ser su amiga. Pero prefiero que no te encariñes demasiado. Lo digo por ti- Lia cerró con un portazo y entró en la habitación malhumorada.

No quería escuchar las palabras de su hermana. Ya era tarde, ya le había cogido cariño al chico de los ojos marrones.

-          Hola- saludó Allen al verla entrar-. ¿Por qué has dado un portazo?

-          Lo siento- se disculpó ella-. Es que mi hermana no sabe tener la boca cerrada.

Allen se la quedó mirando. De pronto su mente se había quedado en blanco. Lo único que podía recordar era el beso que le había dado a esa preciosa chica la noche anterior.

-          ¿Sabes que Sophia ha conseguido un hueco para poder hacerme las pruebas?- dijo Lia mirando a todas partes menos hacia Allen.

-          ¿En serio? ¿Y para cuándo?- preguntó él notando el ambiente tenso de la habitación.

-          Dentro de dos semanas- contestó ella.

Se hizo un silencio incómodo en el que ambos pensaban qué podían decir a continuación.

-          Sobre lo de anoche- empezó a decir Allen tomando la iniciativa-, entenderé que quieras hacer como si no hubiera pasado. Tal vez sea lo mejor para los dos.

Lia entendió a qué se refería.

-          ¿Tú crees?- preguntó ella mirándole fijamente.

-          Bueno, no lo creo- trató de explicarse Allen-, pero no te echaría en cara que tú quisieras olvidarlo. Sé que no me queda mucho tiempo y no quiero meter a nadie más en los problemas de mi enfermedad.

-          A mí no me importa tu enfermedad- dijo Lia segura.

Allen la miró con las cejas levantadas.

-          A ver, me importa, pero no como para ignorarte por eso.

 Lia se puso a gesticular, nerviosa, tratando de explicarse. Allan intentó aguantarse la risa, pero se le escapó una carcajada y después no pudo parar. Lia enseguida se contagió de la risa del chico.

Al final, acabaron los dos muertos de la risa, intentando coger aire para poder seguir riendo. Cuando por fin Allen consiguió parar, vio que Lia estaba sentada en la cama junto a él secándose las lágrimas que se le habían escapado de tanto reír. Ella le devolvió la mirada y el joven no pudo evitar incorporarse un poco para besarla. Lia le pasó ambas manos por detrás del cuello y le devolvió el suave beso, que poco a poco iba subiendo de intensidad.

Allen terminó de sentarse en la cama y la acercó más a él atrapándola por la cintura. Sus labios se movían a la vez, dejándose llevar por todas las sensaciones que les llenaban. Lia apartó la sábana que cubría al joven y él la tumbó en la cama, poniéndose encima de ella.

Allen separó sus labios de los de ella para coger aire y empezó a repartir besos por la mandíbula y el cuello de la chica. Cuando vio que empezaba a bajar del hombro, Lia se separó de él y se incorporó con las mejillas completamente coloradas.

-          Lo siento- dijo la joven antes de salir de la habitación.

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jejejeje bueeeeno... qué opináis de Lia ahora, eehhh??? XD en el próximo explicaré su reacción y mañana colgaré dos porque uno será muy corto (Ya los tengo escritooooooossss!!!!! :) pero prefiero dejaros con la duda... ;) )

hoy no digo nada de los votos y los comentarios porque, por desgracia :(, sigue igual que al principio... pero trato de no desanimarme porque sé que aunque no comentáis ni votáis... leéis !!!!! ;)

vale, ahora sí que me despido hasta mañana :) UN BESOOO!!!! :D :D :D

Hasta siempreWhere stories live. Discover now