Hasta siempre

los primeros indicios

Capitulo 2: los primeros indicios

Lia salió de su casa antes de que su hermana mayor se fuera de allí. Llevaba una mochila colgada a la espalda en la que llevaba una toalla y ropa de recambio. Mientras paseaba de camino a la casa de Soraya, le empezó a doler la cabeza. Se puso una gorra para que el sol no le molestara y sacó su móvil para charlar con Cloe.

-          Necesito que vengas, Lia- gritó esta nada más coger el teléfono-. Joe me ha dejado tirada. Dice que ha encontrado algo mejor que hacer. ¡Mejor que estar con nosotras! Y se ha ido.

-          Vale, Cloe- reía Lia-. ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

-          Es que la casa de Soraya está demasiado lejos como para ir andando yo sola.

Lia suspiró. Su amiga no podía estar sola ni un segundo. Se desvió de su camino para pasar por la casa de su mejor amiga y avisó a Soraya de que llegarían algo más tarde de lo previsto.

Cuando llegaron las dos amigas al lugar acordado, todos estaban ya bañándose en la piscina. A Lia le seguía doliendo la cabeza, pero no estaba dispuesta a perderse una tarde con sus amigos por eso. Se quitó el vestido que llevaba encima del bikini y se metió en el agua con los demás.

Estuvieron haciéndose ahogadillas, nadando y riéndose unos de otros hasta que empezó a refrescar. Salieron y aprovecharon las últimas horas de sol del día para secarse mientras charlaban. Lia apenas se enteraba de nada. No sabía qué podía haber cogido, pero se sentía débil y la cabeza le iba a estallar. Antes de que empezaran a cenar, les dijo que no se encontraba demasiado bien.

Se despidieron y Lia llamó a su padre para que fuera a por ella. No se veía con fuerzas suficientes como para realizar todo el camino de vuelta a pie. Cuando le dijo a su padre que le dolía la cabeza, este llamó a Sophia.

Estuvo hablando con ella todo el trayecto y colgó antes de aparcar el coche.

-          ¿Qué querías que te dijera Sophia?- le preguntó la joven estrañada.

-          Le quería preguntar sobre tu dolor de cabeza- contestó él.

-          ¿Y para eso has necesitado media hora? Porque solo ha hablado ella mientras tú asentías.

-          ¿Ahora no voy a poder hablar con mi hija?- la cortó Chris.

Lia se encogió de hombros, entrando en su casa para saludar a su madre.

-          Buenas noches, cariño- le dijo ella.

-          Hola, mamá- contestó Lia sin muchas ganas.

-          ¿Te apetece ayudarme con la cena?- preguntó la madre.

-          En realidad- dijo Lia- estoy bastante cansada y el dolor de cabeza me está matando, así que me tomaré lo que quiera que haya dicho Sophia y me iré a la cama.

Mary dirigió una mirada interrogativa a su marido para luego decir.

-          Como quieras, cielo. Pero llévate algo para comer por si luego te entra hambre.

Lia asintió y cogió una bolsa de galletas. Fue al baño a coger la pastilla que le había indicado su padre y se subió a su habitación para descansar hasta que la pastilla hiciera efecto.

Se despertó media hora más tarde sudando. A pesar de que su cuerpo no paraba de sudar, ella sentía frío. Bajó temblando las escaleras y llegó a la planta de abajo resoplando por el esfuerzo que le había supuesto bajar los escalones. Entró en la cocina interrumpiendo la cena de sus padres, que se levantaron inmediatamente al ver la cara de la niña.

-          ¿Qué te pasa, cariño?- preguntó preocupada su madre mientras la ayudaba a sentarse en una silla.

-          Me encuentro mal- murmuró ella.

Su visión se empezó a llenar de puntitos negros mientras la voz de sus padres se oía cada vez mas amortiguada. Todo a su alrededor se desvaneció con la imagen de su padre llamando por teléfono.

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Sé que dije que a partir de ahora los capítulos serían más largos, pero me parecía un buen momento para cortarlo. ;)

Para compensar intentaré subir otro mañana por la mañana… :-D de verdad que agradecería mucho los votos… son anónimos pero suben mucho la moral J un saludo!!!