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Capítulo 51.

Lucy Austen

Hicimos a los demás caminar hasta las rocas para que vieran con sus propios ojos que Niall y yo estábamos en lo cierto.

—No me puedo creer que nos lo hayan estado ocultando —murmuró Gin. Parecía la más sorprendida de todos. Bueno, ella y Liam que con una mano en la frente no paraba de andar en círculos. ¿Es que acaso era un pecado o algo parecido?

—Quizás están pensando cómo decírnoslo —les defendió Harry.

—Claro —le apoyó Eli y Ron asintió con la cabeza mientras volvíamos donde teníamos todas nuestras cosas.

—Que calladito se lo tenían —añadió Zayn intentando no soltar una risa.

—No tiene gracia, Zayn —le regañó Liam—. Esto es una locura.

—Yo no lo veo tan mal —admití—. Se gustan, se atraen, se quieren o lo que sea que tengan. ¿Cuál es el problema?

—Opino igual —coincidió Niall.

—Creo que viene Romeo —bromeó Harry.

—Ahora mismo nos va a contar qué ha sido eso que acabamos de ver.

—Oh, venga ya, Liam —Niall no pudo evitar decirlo sin reírse—. ¿En serio te lo tiene que explicar?

—Vamos a hacer una cosa —habló Harry vigilando en la distancia a Louis que poco a poco se acercaba a nosotros—: no vamos a decir nada. Quizás estén a punto de contárnoslo.

—Pero —le interrumpió su chica.

—Nada de peros —saltó Ron—. Esperemos hasta esta noche —Liam iba a volver a hablar pero todos le miramos.

— ¡Está bien, está bien! —dijo alzando las manos en señal de rendición.

— ¿A qué viene tanta urgencia? —preguntó el castaño llegando a nuestro lado.

—Paul ha llamado. Nos quiere ver a todos en media hora, tenemos que volver a grabar la canción de ayer, han encontrado algunos fallos.

—Pues vamos entonces.

—Os llamamos cuando acabemos —informó Zayn.

—Perfecto —contestamos nosotras.

—Luego te veo, Lu —se despidió Niall. Posó sus labios sobre los míos unos segundos antes de irse junto a los demás, camino del hotel.

—Te has quedado muy callada, Gin —le dijo Eli. Habíamos vuelto a sentarnos en la arena, a tomar un rato más el sol.

—Es que me parece muy fuerte que no nos contara nada.

—Déjala —hablé—. Tendrá sus razones.

Nos quedamos un rato más hablando aunque cambiamos de tema en cuanto vimos aparecer la silueta de nuestra amiga por el horizonte. Se acercó a nosotras y tras una breve charla preguntándola qué tal le había ido haciendo fotos al paisaje, decidimos ir a cambiarnos al hotel y salir a comer. Comimos en un chiringuito cerca de la playa y volvimos al hotel. Los chicos aún no habían vuelto así que subimos a una de las habitaciones y encendimos la televisión con la esperanza de encontrar alguna película que nos entretuviera durante la ausencia de los cinco locos.

"¿Dónde estáis? Vamos camino del hotel ya" —recibí un Whatsapp de Niall.

"En la habitación de Harry, viendo una peli bastante aburrida."

Avisé a las chicas de que estaban a punto de llegar nuestros "salvadores". La película que habíamos encontrado era demasiado mala y el aburrimiento estaba a punto de acabar con nosotras. Un rato después, unos nudillos tocaron a la puerta de la habitación.