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Capítulo 48.

Amanda Turner

Estaba algo nerviosa.

Hoy era el día que había quedado para hablar con Nick y no sabía bien cómo iba a reaccionar a lo que tenía que contarle.

Elegí unos pantalones pitillo amarillo que combiné con una camiseta blanca a lo que le añadí una camisa vaquera clarita remangada encima. Me calcé mis converse blancas y preparé un pequeño bolso con lo esencial. Me miré al espejo para comprobar que el pelo estaba en condiciones y me di un poco de brillo de labios. Me colgué el bolso y salí de la habitación, coincidiendo con mi hermano en el pasillo.

— ¿Dónde vas? —preguntamos casi los dos a la vez y nos echamos a reír.

—Tú primero —pidió mi hermano.

—A ver a Nick. Mejor dicho, a terminar mi relación con él.

— ¿Y vistes de amarillo? ¿No sabes que eso da mala suerte? —negué con la cabeza.

—Eres idiota. ¿Y tú dónde vas tan arreglado, eh? ¿Es que vas a verte con alguna chica?

—N-no claro que no. V-voy con Josh —rodé los ojos.

—Dani, Josh está con los chicos en Australia —automáticamente sus mejillas se tiñeron levemente de rojo y no pude evitar soltar una risita: le había pillado—. Venga, dime con quién vas a salir.

—No, que luego te pones muy pesada. Suerte con Nick —besó mi mejilla y bajó corriendo las escaleras antes de que pudiera protestar.

Resoplé y bajé también aunque sin tanta prisa. Si pensaba que se había librado, lo llevaba claro. En cuanto volviera a casa, tendría que decirme quién era esa chica misteriosa, aunque yo ya tenía mis sospechas. Salí de casa y, tras cerrar con llave la puerta, me puse los auriculares de mi ipod. Seleccioné el modo aleatorio y el último single de One Direction, Best Song Ever, comenzó a sonar. Caminé a un paso no muy lento hasta el parque donde había citado al que todavía era mi novio. Me senté en un banco a esperar a que apareciera y, pocos minutos después, le vi acercándose a mí. Sonrió al verme y quiso besarme en los labios pero giré la cara disimuladamente para que su boca topara con mi mejilla.

—Ya tenía ganas de verte, Amy —susurró aun con sus labios sobre mi mejilla.

—Tengo algo importante que decirte, Nick.

— ¿De qué se trata? —preguntó colocándose a mi lado. Me mordí el labio y respiré hondo. No sabía muy bien cómo hacer aquello.

—Verás yo...—miré al cielo y luego a él— Creo que deberíamos dejarlo —murmuré desviando la mirada hasta el suelo. No podía mirarle a la cara.

— ¿Qué? —preguntó incrédulo. Me hizo que le mirara de nuevo— ¿Por qué? ¿Qué es lo que ha pasado, Amy? ¿Ha sido tu padre? Si se ha enterado de esto, iré a hablar con él o lo que haga falta —agaché la cabeza negando levemente.

—No es por eso. Es —hice una pequeña pausa— otra cosa — ¿Cómo demonios le decía que me había enamorado de otro? Me miró pidiéndome una explicación—. No...no estoy segura de estar enamorada de ti. Al principio pensaba que sí, que seguía tan colada por ti como siempre pero me he dado cuenta de que no es así.

—Hay alguien más, ¿verdad? —dijo serio. Me atreví a mirarle y volví a negar levemente— No me mientas, Amy —su tono había cambiado. Ya no era ese tono de desesperación al decirle que quería romper con él, más bien había pasado a ser duro y enfadado. No podía negárselo. Era superior a mí así que, me limité a quedarme callada—. Quién es —ordenó.