Día 82. 83 y 84

4.3K 228 17
                                    

16 de Septiembre

14:05. Estoy en la librería. Los locatarios no tienen buena cara. Me han preguntado por qué no apelé, sino que simplemente firmé la venta, después de haberles insistido yo misma que debían mantenerse inmóviles. Cuando lo ponen de esa forma se escucha muy mal. Les dije una parte de la verdad: la salud de mi padre cambió todos los parámetros. Algunos me miran muy feo, como si fuera la peor alimaña del lugar, otros lo entienden.

En los últimos días han estado preparando manifestaciones. Pero ya hay un mandato judicial y las cosas se van a poner muy feas. Yo los entiendo. De no estar mi padre y yo misma tan afectados por toda esta historia, quizás sería parte de la resistencia.

El lunes, al entrar en la librería, sentí una nostalgia y una angustia tan grande, que me vi en la obligación de sentarme un rato. Me quebré. De solo pensar que este lugar, tiene la historia de prácticamente toda mi familia, se me parte el corazón. No es justo, pero acá estamos… tratando de salir adelante.

Casi toda esta semana he estado categorizando la mercancía existente. La he ordenado por autor o por género. Así costará menos dar con cada ejemplar, en caso de hacer ventas selectivas.

Como dormí en casa de Polín, al fin mis huesos pudieron un buen colchón sobre el cual descansar. El viaje hasta acá se me hizo más eterno que cuando estaba en la de mis padres. He estado viendo arriendos, por acá en el centro. Pero todo es muy caro, en lugares que no me agradan, en espacios ínfimos o casi pegados al cielo. Así que no se cuánto tiempo más estaré en casa de mi hermano pidigüeñandole techo.

Pensé en comenzar a buscar trabajo en un mes más. Quiero terminar esto de la librería primero, y después ver el resto. Deseo mantener mi mente ocupada el máximo tiempo posible. He notado que cuando tengo ratos de ocio, me baja la melancolía y se me nubla un poco el juicio. Se me vienen demasiados recuerdos a la mente y me pongo ansiosa, me falta el aire y tiendo a sentirme acorralada. No es un estado en el que deba dejar que mi psique claudique. Debo ser firme. Ya les fallé una vez a mis padres, no dejaré que eso vuelva suceder.

Durante la mañana no entró ningún cliente. Ha sido una reverenda lata. Aproveché de leer los diarios, las revistas, completé dos puzzles y estoy mirando con entusiasmo un zudoku nivel medio, no soy muy buena pero en algo debo matar el tiempo. No sé en qué pasaba las horas papá.

Ahora iré a comer algo a “La esquina”.

16:09. La dueña del restaurant de “La esquina”, me contó que habían conocido a la abogada estirada de Inmobiliaria San Blas, justo la semana anterior al pre infarto de mi padre. Supongo que Marcela Aldunate, se vino a “ensuciar” por estas lejanas tierras de chileno promedio. No dejo de imaginármela con la nariz arriscada y más derecha que el mástil del a bandera.

- Pesada la mujer mijita… llegó como todos los ricachones con plata, imponiendo sus cosas. Nos dijo que era una buena cantidad la que nos ofrecían, que era mucho más dinero del que realmente valían nuestros locales ¿puedes creer eso? Andaba con un cabro jovencito, debe haber sido estudiante en práctica, porque lo trataba como su empleado personal… pobre cabro...

- ¿Qué hicieron ustedes después que les dijo eso?

- Nada… la dejamos hablar y después que se fuera. Una semana después nos llegó la dichosa carta. ¡Uy! Ese día tu papi vino para acá mijita… estaba azul, morado, verde. Le había subido la presión, yo le dije que estaba muy colorado y sudaba como enfermo. Disimuladamente se llevaba una mano al pecho y respiraba raro. Lo mandamos para la casa. Tu hermano nos contó al otro día lo que había pasado. Maldita gente con plata mijita, se ríe de la gente de esfuerzo, de los rotos como nosotros… Vittorino, el de la pizzería dice que firmó la venta con la misma vela seca que nos vino a dar el sermón… dice que le dijo que tenía que darse con una piedra en el pecho porque era plata que jamás había visto en su vida ¿puedes creer lo pedante que era la infeliz?

Yiyi, La peor de todasWhere stories live. Discover now