Capítulo Quince

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27 de Abril

10:00. El colón me está matando.            

El día lunes, llegué arrastrándome al trabajo. Había tenido pesadillas toda la noche. Soñé que Jeremy llegaba a la librería y le decía a mi padre que se vistiera y saliera del local. Mi padre le respondía confundido, que si se tenía que ir así nada más, y el bastardo insensible de Jeremy le tiraba a la cara miles de facturas impagas y una larga lista de deudas… sí, lo sé… estoy demente, paranoica, HISTÉRICA…

 Cuando llegué acá noté mucho movimiento. Poniendo un poco más de atención (por si las chicas me preguntaban algo), vi que junto a Susana, la recepcionista de Meneghello, había otra mujer con mucha facha y que estaba impecablemente vestida.

No fue lo único extraño. Había unos maestros que entraban muebles y otros que sacaban muebles desde la oficina de don Rodolfo Meneghello. Me parece que ahí apostará finalmente su centro de operaciones nuestro nuevo patrón a partir de la semana siguiente.

Cuando conseguí llegar a mi escritorio, don Pelmazo había enviado un correo diciendo que a partir del lunes, teníamos que hacer uso del uniforme de la empresa con carácter de OBLIGATORIO (lo escribió literalmente con mayúsculas).

¡¡Que peste!!... odio los uniformes. Es una manera de las empresas de decirte “Yo soy tu dueño”. Es una violación a mi estilo liberal y anti sistémico. Es una acción violenta la de uniformar a los seres humanos. Es decirles a todos que son exactamente iguales, que nadie puede brillar, que todos merecen quedarse en el nivel del promedio. Es una forma recordarle a los empleados lo que son: empleados, y nada más.

Le mandé un correo de respuesta a don Pelmazo, diciéndole que mi uniforme había sufrido un leve percance. Él me respondió, diciéndome que no me creía y que me quería el lunes con la dichosa camiseta con el logo de la empresa.

¡Hum!... mmm… Me parece que tendré que hacer que la camiseta sufra realmente un horrible accidente con la plancha.

Hoy también ha habido mucho trajín con muebles y equipos computacionales. Benjamín me contó que Jeremy será instalado en un cubículo que armaran el fin de semana largo. También me contó que llegará el martes, porque estaba de vacaciones en el norte. Que nervio. Según estoy viendo, Jeremy quedará en diagonal a mí. Existe la remota posibilidad que nos veamos mucho más las caras de lo que yo realmente desearía. ¡Ops! Don Pelmazo me llama a reunión… voy y vuelvo…

12:28. Don Pelmazo quiso tener una conversación a puerta cerrada conmigo. Me ha comunicado su parecer hacia mi trabajo. Esto lo he sentido como una evaluación de desempeño adelantada.

- Gómez… me parece que este es un muy buen momento para que tengamos una seria conversación.

- Don Pel… (Víctor, Víctor, Víctor… ¡Dios!) Víctor (¡fiuj!)… usted dirá. Lo escucho.

- Gómez… durante los últimos meses he notado que tu entrega hacia la empresa ha sido bastante apática.

- ¿Apática?

- Si… no te noto comprometida con las necesidades de la empresa.

- ¡Ah!

- Hemos estado conversando en Gerencia sobre tu estadía. Y hemos decidido… que una vez que entre la nueva administración, te reubicaremos.

- A qué unidad me pretenderían cambiar… - respondí impasible.

- Eso lo veremos en su minuto si se da el caso. Pero el punto es, que quiero que sepas que tú cargo esta disponible a ser eliminado y por lo tanto, es posible que seas desvinculada. Claro, todas esas condiciones cambiarían, si mostraras más entrega y sobre todo, mayor profesionalismo al momento de trabajar.

Yiyi, La peor de todasWhere stories live. Discover now