Días 77 y 78

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28 de Agosto

15:58. Ayer y hoy he dormido pésimo. Tengo los riñones de amígdalas y la espalda me está matando. Ando con tortícolis. Recién hoy Claudio ha venido instalar la cama que me ofreció. Es una cama de niños, genial. Cuando me acueste la voy a romper con el peso, estoy segura. Pero… a caballo regalado no se le miran los dientes, reza el dicho.

Entre mamá, Claudio, Polín y yo hemos estado discutiendo el futuro de la librería. La decisión de papá, lamentablemente, por su estado de salud la hemos dejado fuera. Por ahora. No me ha gustado marginarlo, pero de verdad que no puede seguir con esto adelante.

Todos están muy indecisos con el asunto. Mañana, cuando vamos a buscar a papá, siento que todos podrán tomar una decisión definitiva.

- ¿Y qué harás con lo del departamento? – me preguntó Claudio.

- Estoy pensando…

- Ayer me llamó la hermana de Arturo Mollins – dijo Polín -. Me preguntó por papá y por ti. Oigan… ustedes no se enojan si continúo teniendo contacto con esa familia ¿verdad?

- Dale no más, traidor – replicó Claudio –. Mira todo lo que nos han hecho, y tienes la care’ raja de seguir en negocios con ellos…

- No te pido que lo comprendas, hermanito. Pero lo mío es arte… no soy un respetado abogado. Nosotros, los artistas, tenemos cara de hereje…

- Si poh te tiran unas lucas y te entregas entero…

- Ya, paren con la tontera – dije cuando me dio una puntada en la sien -. Sigue con lo tuyo Polín. Tu, no te metas Claudio. Magdalena, es buena persona. Son carriles diferentes…

- Gracias… - “vendido”, escuché que le susurraba Claudio a espaldas mías, cuando fue por más pan – Yiyi, la hermana de Arturo Mollins me ha dicho que no le contestas del teléfono y que necesita hablar contigo. Me dijo que su hermano, estaba muy mal con todo lo que ha pasado. Me preguntó que si había una posibilidad de conversar en territorio neutral.

- Si te llama de nuevo, dile que dije yo, que era mejor que los hermanos no se metieran en el asunto ¿te llega, Polín?

- Si… pero es…

- Nada. Los quiero fuera ¿quieres que me meta en los negocios de ustedes?

- No, pero…

- Perfecto… manténganse fuera… Magdalena es encantadora. Mi problema es con su hermano.

- Está bien… aunque…

- Polín… - dije entre dientes.

- Ok, ok… solo decía…

18:23. Mi madre ha pasado toda la tarde arreglando y limpiando la pieza que comparte con papá. La veo más iluminada, eso me alegra mucho. Debe haberla pasado muy mal ese día que papá comenzó con los malestares. Pensar que me llamó y a esa hora yo estaba con la cabeza en la almohada de su verdugo, pensando en soñar con él y deseando que él soñara conmigo. Que gran idiota puedo llegar a ser.

Estaba mirando el piso, al levantar la vista y mi madre me sonreía.

- Hija mía… tienes carita de pena…

- No mami… estoy cansada, eso es todo. Me siento feliz porque papá volverá.

- No hija… yo sé que tienes mucha pena. Lo veo en tus ojos. ¿No quieres hablarlo?

- Mm… no es que no quiera, mamá… es que… no me salen las palabras…

- Si… siempre fuiste igual. De niña, tampoco llorabas, las únicas veces que te vi llorar fue cuando te boté ese oso pulgoso que tenías y cuando Pablo quedó hospitalizado por la apendicitis. Lo que sea que te suceda hija… va a pasar.

Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora