Capitulo 10:

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MARATÓN 7/?

-          ¿Me llamabas? – y ella me miró, enfadada. - ¿Qué?

-          ¿Por qué te comportas así? – siguió cocinando.

-          ¿Así cómo? – no entendía.

-          Pues, escondiéndote a la habitación y Rubén me ha dicho que le ibas a cerrar la puerta.

Tragué saliva.

-          Era un desconocido. – le contesté.

-          Mentira. – me miró fijamente. – Es TU ídolo. Igual que el otro.

-          Pero…

-          Pareces una maleducada.

¡Plas! Puñalada en el corazón. Mi madre nunca, repito, NUNCA me había llamado cosas de esas. Reprimí las ganas de llorar.

-          Ya sabes mi problema, mamá.

-          Sí, lo sé. Pero si nos mudamos fue para que intentaras cambiar.

Bajé la cabeza.

-          Así que ve allí, con tu padre y los dos chicos y habla animadamente.

Y lo hice, sin ganas. Me presenté en el comedor que estaban viendo un programa de humor. Mi padre se giró y se sorprendió al verme.

-          ¡___! Qué bien que estás aquí. – le sonreí y los otros dos se giraron. Mangel también me sonrió pero Ruben no, debía estar aún molesto. – Ven, siéntate al lado de Rubén.

Rubius me hizo un hueco y me senté a su lado, sin mirarlo. Mi madre tenía razón, era una maleducada, pero no puedo cambiar. Mi móvil empezó a sonar y miré quien era. Un nudo se formó en mi garganta. Dani. Me quedé mirando la pantalla sin saber qué hacer.

-          ¿Lo vah’ a cogeh’? – preguntó Mangel con su acento.

Lo miré por un momento y me volví al móvil. Sí, lo cogí.

-          ¿Sí?

-          ¿¡EN SERIO, ___?! – por accidente puse el altavoz y todos oyeron lo mismo que yo – TE FUISTE A MADRID POR MI, ¿NO? ERES UNA COBARDE, ME DEJASTE Y NO QUERÍAS VERME, ¿ES ESO NO? – se le notaba lleno de ira. - ¿SABES QUÉ? ¡VÉTE A LA MIERDA!

-          Tú… tú no lo entiendes. – por fin dije. Los tres me miraban.

-          ¿¡EL QUÉ NO LO ENTIENDO?! – calló - ¡___, VAMOS, DI! – no dije nada, estaba mirando el teléfono sin saber que decir. – Ahora entiendo lo que todos decían de ti. – colgó.

Apreté fuerte los ojos. Muy fuerte para no llorar. Estaba absorta en mis pensamientos recordando todos y cada uno de los insultos. Pero alguien tocó mi brazo.

-          ___, no lo escuches. – mi padre se levantó y se puso de rodillas delante de mí. - ¿Cuándo rompiste con él?

-          Hace… Hace dos semanas. – contesté con voz entrecortada – pero le mentí. No quería que me iba de Barcelona, no quería que supiera que me iba por… ¡ELLOS! – grité con rabia. – Pero ahora veo que ellos tenían razón. – Me levanté, acción que hizo mi padre después.

-          No hagas tonterías, ___.

Y allí recordé que mis ídolos, las personas que junto a Jenni y Dani, me ayudaron a no hacer nada peligroso con mi vida. Los miré y vi que ellos tenían la vista puesta en mí. Los sonreí me fui a mi cuarto, cerrando con un portazo. Cerré con pestillo para que nadie pudiese entrar. Me deslicé puerta abajo, quedando sentada al suelo. Mis padres gritaban mi nombre y picaban a la puerta, mientras yo estaba con mi cabeza refugiada a mis rodillas.

-          ¡¡¡¡¡___!!!!! ¡¡ÁBRENOS!! – gritaba mi padre desesperado.

No merecía esto. Mi vida era una mierda y estaba sola, sin nadie que me comprendía. Yo creía que venir a Madrid podía cambiar, pero no. Mis ídolos estaban en mi casa, ¿y qué hacía? Esconderme como una cobarde sin afrontar mi miedo. Me levanté y abrí la puerta. Mi expresión era seria y la de mis padres, preocupada. ¿Cómo podían quererme si siempre les hacía sufrir con mi sufrimiento? Avancé hacia el comedor sin dirigirles la palabra. Soy muy mala hija, pero estaba afectada y dolida. 

¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt