Capitulo 6:

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MARATÓN 3/?

-          Llegó el momento… - le dije.

Estábamos delante de la puerta de embarque. Las dos horas habían transcurrido demasiado rápido porque Jenni y yo no paramos de reír imitando a gente.

-          Lo sé – dijo ella. – No me olvides, por favor. Amiga, eres lo más importante que tengo en estos momentos y… - empezó su sollozo. Oh, no, pronto empezaría yo. – Esto es difícil – rió u poco. – Te quiero mucho y quiero que sepas que eres perfecta, no recuerdes a todos esos idiotas que te insultaban, ellos sólo querían molestar. De verdad, eres una de las mejores personas que he conocido y eres hermosa con un gran corazón. Espero que seas muy feliz allá y que la gente te respete. Te quiero, ___. – todo lo dijo entre lágrimas y con una sonrisa en la cara.

Allí empecé yo. Lágrimas corrían por mis mejillas.

-          Jennifer, gracias a ti no he hecho ninguna tontería. Desde que llegaste a mi vida, todo se iluminó, toda la oscuridad en mí desapareció. Te agradezco todo lo que has hecho por mí. Si no hubiese aparecido, seguramente estaría muerta, me habría suicidado, pero me enseñaste a ser fuerte. Gracias, amiga. Te quiero muchísimo – y me abrazó.

Ese abrazo era fuerte y protector. Era un abrazo de despedida y estaba cargado de sentimientos.

-          Disfruta. – dijo finalmente. – Te echaré de menos, pero cada día estaremos en contacto, ¿vale? – sonrió dejando ver sus dientes.

-          Igualmente digo, Jenni. – besé su mejilla.

-          ___, debemos irnos. – gritó mi padre.

-          Vale. – me dirigí hacia ellos. - ¿Podrás volver sola?

-          Claro, no soy tan tonta, tengo 18 años. – golpeó mi cabeza ligeramente. Silencio. – Creo que… - suspiró. – Adiós, ___. Recuerda que siempre te amaré.

-          Y yo también, Jennifer. – y nos abrazamos por última vez dejando pocas lágrimas.

Me despedí de ella y fui con mis padres. Estuve todo el camino hasta el embarcadero callada y cabizbaja. Noté que unos brazos que me rodearon los hombros. Alcé la mirada y me encontré con la de mi madre, de preocupación.

-          Tranquila, hija mía. – besó mi frente y entramos al avión.

***

Una hora de avión. Una hora pensando en todo lo que he dejado atrás. En todo.

-          ___, debes estar abierta por el nuevo mundo que vendrá. – mi padre me despertó de mis pensamientos.

-          Lo sé, pero allí no tengo a nadie. – suspiré.

-          Nos tienes a nosotros. – sonrió. – Vale, era broma, pero de verdad, deberías plantearte de ser más abierta.

Rodé los ojos.

-          Piensa que estarás más cerca de ese tal Doblas. – soltó mi madre así como así. Me sonrojé y mis padres rieron.

-          ¡Mamá! – grité nerviosa y volví a acomodarme en mi asiento.

Mi madre tenía razón, era una cosa que no había pensado, podría conocer a mi ídolo youtuber. Mi corazón latía fuerte al pensar que podría encontrármelo. Pero no era tan tonta como para saber que Madrid es enorme y que es tan imposible verlo.

Llegamos al destino. Salimos medio doloridos porque los asientos del avión eran demasiado incómodos. Recogimos las maletas y pedimos un taxi, que curiosamente eran blancos con una ralla roja. Sinceramente, me gustaban más los de Barcelona, pero debía conformarme con estos. Después de media hora de trayecto por el tráfico de Madrid, llegamos. Mis padres se quedaron delante de un bloque de pisos, un poco antiguo, y abrieron el portal. Subimos en ascensor y entramos en un piso. Mi primera impresión fue: que desordenado está todo. Pero claro, todos nuestros muebles estaban escampados por allí, sin colocar, y las cajas estaban todas en un lugar.

***

Estuvimos una semana desempaquetando todo. Ningún vecino nos dio la bienvenida a parte del portero. Una vez listo todo, entré a mi habitación. Era de un tamaño considerable para mí, paredes blancas con algunas rayas moradas. Mi armario, cama y los demás muebles eran los mismos que la otra casa, mis padres no podían permitirse comprar más. Me tumbé en la cama y cogí el móvil. Un mensaje de voz.

-          Hey, ___. Puede que no me quieras ver, pero no tiene sentido si dijiste que me considerabas como un amigo. Lo que digo, que ya estoy de camino. Espero verte pronto. ¡Te quiero!

Era Dani. ¿Cómo se tomará el hecho que no estoy allí? ¿Qué puede que nunca nos veremos? Salí del cuarto con un nudo en la garganta y me encontré a mis padres tomando café. Me escucharon entras en el comedor y se giraron con una sonrisa.

-          ___, vete de compras o a visitar tu nueva ciudad. No has salido en toda esta semana. – dijo mi madre.

-          Vaaaaaaaale. – contesté sin muchos ánimos, pero quería visitar Madrid.

Tomé la copia de llaves que me dejaron mis padres y me marché. Sólo me llevé el móvil y algo de dinero. Salí a la calle y empecé a alucinar al cruzar la calle. Nos mudamos al centro de Madrid. Era tan diferente a mi otra ciudad… Pero me gustaba el cambio. Caminé por la calle principal, mirando tiendas y escaparates. Todo era precioso. Y recordé mi atuendo, la ropa que me compré para el cambio. Ahora llevaba lo de siempre, lo poco femenino que me hacía parecer gorda. Pensado esto, miré la hora. Las 21:00. Así que volví para casa pero algo me hizo parar. 

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Con este capitulo he llorado escribiendolo! Ya, ya lo sé, Rubius no sale hahahaha pero esta a puntito hasjdjakjdla Paciencia :D

Este capitulo está dedicado a una persona muy especial para mi, que la quiero mucho <3

¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Where stories live. Discover now