Capitulo 22:

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MARATÓN 7/7

Las semanas pasaron y mi relación con Cheeto iba genial, éramos mejores amigos, nada más. Con mis vecinos no iba nada mal, me invitaban a cenar dos veces a la semana, pero terminaba haciendo yo toda la comida.

Me encontraba en el trabajo, como siempre y Rubius estaba allí, mirando juegos. Recibí una visita de alguien especial, demasiado especial para mí. Salí de caja corriendo y abrazar a esa persona tan importante para mí.

-          ¡JENNI! – la besé por toda la cara.

Ella reía como una loca y todo el mundo nos miraba.

-          ¡Basta, ___! – dijo entre risas. Nos separamos y noté como se le cristalizaban los ojos. – No sabes cómo te he echado de menos… - las lágrimas se le salieron y la abracé.

-          Yo también, Jenni… - cogí su mano – Ven, quiero presentarte a alguien. – la guié hasta un chico alto y moreno que estaba de espaldas. Toqué su espalda y éste se giró.

-          ¡OH DIOS, ___! ERES RUBIUS, DIOS, DIOS, DIOS, DIOOOOOOOOS. – gritó mi amiga. Nos dejó sordos a los dos y reímos. - ___, ¿ya te lo has tirado? – preguntó.

-          ¿¡TÚ ERES TONTA?! – grité muerta de vergüenza. Mi amiga no cambiaba nunca.

Me fijé que Rubén también estaba ruborizado. Se hizo un silencio incómodo, al que Rubius destruyó.

-          Soy Rubén, pero todos me llaman Rubius, encantado. - ¿y esos modales de caballero? Lo miré raro. - ¿Qué?

-          Nada, que nunca has sido tan caballeroso conmigo. – le sonreí.

-          Sólo lo soy con chicas bonitas – me sacó la lengua.

-          Oh, ¿insinúas que no soy bonita? – me hice la ofendida.

-          Exactamente.

¿Veis? Mi relación con él había mejorado mucho, ya no era la tímida inmadura. Y si he de decir la verdad, Rubén me gustaba, y mucho.

-          Gracias – seguía con el teatro, así que me giré pero me cogió del brazo para abrazarme y tocarme la cabeza.

-          No te preocupes para no ser bonita, rojiza, porque eres preciosa – yo ya estaba tomate.

Este hombre a veces le salía lo romántico por las orejas y me dejaba hechizada.

-          Awwww, que adorables. – soltó Jenni – Al final ___ se hará realidad lo que deseaste – me guiñó el ojo.

Rubén me soltó.

-          ¿Qué deseó? – preguntó acercándose a mi amiga.

-          Pues…

-          ¡JENNI! – le tapé la boca avergonzada.

Ella rió.

-          Tú sólo imagínate lo más pervertido contigo.

-          Wow, pues muyaya, cuando quieras te espero en mi camita – dijo levantando las cejas.

-          Ya te gustaría ya. – más roja no podía estar.

“Ya la mataré luego”, me dije.

-          Chicos, he de seguir trabajando. Rubius, ¿puedes ir con Jenni para que conozca Madrid? En un rato salgo.

-          Claro. – los dos se fueron.

Seguí mis dos horas de trabajo, igual de aburridas que siempre si no estaba Rubén por allí.

-          Hey, ___, ya puedes irte. – me indicó el jefe.

¡Bien! Llamé a Rubius para saber dónde se encontraban. Plaza del Sol. Perfecto. Llegué allí en unos 10 minutos. Estaban sentados en un banco riendo. Una punzada de celos se me clavó en el corazón. Me acerqué a ellos lentamente.

-          Hola – me salió lo más borde posible.

-          Hey, rojiza ¿estás bien? – preguntó Rubius rodeando los hombros de Jenni.

Otra vez celos.

-          Sí, tranquilo. ¿Nos vamos, Jenni? – forcé una sonrisa.

-          Sobre eso, Rubius nos invita a cenar. – le miré y estaba sonriendo.

-          Oh, perfecto.

Caminamos todo el paseo y yo era una aguanta velas, los dos estaban cogidos de la mano y hablando. Me sentía mal por dentro, como si Jenni me hubiera traicionado. Ella siempre le gustaba más Vegetta777 que Rubius, y nos los “pedimos” por así decirlo, pero claro, esto es la realidad, Rubén nunca se fijaría con una chica como yo. 

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Y aquí termina el maratón! Espero que lo hayais disfrutado tanto como yo escribirlo :3 

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¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Where stories live. Discover now