Capitulo 4:

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MARATÓN 1/?

El tiempo pasó y nos situamos a sólo una semana de mudarnos. Mis compañeros no sabían nada, así que las críticas cesaban sin parar. Pero ya no me importaban, llevaba toda la vida aguantándolas y ahora desaparecería de sus vidas.

-          Puta foca – gritó una de mi clase. Me limité a sonreírla porque sabía que no era así, estuve haciendo gimnasio y adelgacé 5 kg en 3 semanas y me sentía orgullosa de mí misma.

Ese día de clases infernales terminó. Hice lo mismo de siempre, llegar a casa, encender el ordenador y revisar que algún youtuber hubiese colgado algo. Y, sí. “MangelRogel” colgó uno. Dios, Mangel me encantaba, soy una auténtica “marvá” como él dice. Tras reírme un rato por las gilipolleces y tonterías que hacía en el video, éste se acabó. Me tumbé a la cama rendida para descansar un rato, no dormir, descansar. Y el móvil sonó.

-          ¿Mmmm? – pregunté con la voz cansada.

Rieron.

-          En serio, ___, debes parar de hablarme así por teléfono.

Me senté rápidamente en la cama.

-          ¡DANI! – grité. Seguro que el pobre se quedó sordo.

-          Madre mía, si hubiera sabido que gritarías así, no hubiese llamado…

-          Já já – reí sarcástica - ¿Qué querías, amor?

-          Sólo que… - pausó – En dos semanas vuelvo.

No sabía lo de Madrid. Él esperaba que mi reacción fuera de completa felicidad, que estallara a gritos y todo eso. Pero no, mi expresión se tornó de una tristeza profunda, tanto, que mis mejillas empezaron a humedecerse por las lágrimas. Lloré en silencio para que él no lo notara.

-          ¡Bieeen! – dije sin ánimos.

-          ___, ¿estás bien? Si no quieres verme, me quedo aquí… - bromeó.

-          No es eso, idiota. Sólo que hace tanto que no te veo y que por fin lo haré, que me he emocionado. – mentí.

-          Aww, eso es muy dulce por tu parte. – hubo silencio.

-          Bueno, ad…

-          ___ sabes que te quiero mucho – me interrumpió mi despido. – No quiero dejarte nunca.

Este chico me lo ponía más difícil para cortar con él. Yo lo quería, pero nos tenemos que separar y las relaciones a distancia nunca terminan bien.

-          Oye Dani, sobre eso… - tragué saliva. Era ahora o nunca. – Estoy enamorada de otro.

¿¡Qué?! ¿Qué narices dije? ¿En serio eso salió de mi boca? No era capaz de decirle que me mudaba, y sólo se me ocurrió eso para cortar con él, para romperle el corazón y era lo que no quería precisamente. Pero mi bocaza siempre lo arruina.

-          ¿Dani? – pregunté con la voz entrecortada.

-          ¿Esto es en serio, ___? – sabía que estaba llorando.

-          Sí, Dani… Y lo siento mucho, pero debes comprend…

-          ¿Quién es? – volvió a interrumpirme. Su voz expresaba seriedad.

Mierda, pensé.

-          No lo conoces… Es un chico que conocí al parque y bueno, pasó lo que pasó. – suspiré. – Mira Dani, ahora yo te veo como mi mejor amigo y por eso te lo cuento, porqué siempre te seré sincera y no quiero que te enteres por terceras personas, ¿vale? Lo siento de veras, pero es que no puedo estar contigo, …

¿Des de cuando sabía mentir tan bien? Bah, no lo sé, pero esto me estaba matando. Decirle a la persona que quieres que ya no quieres estar con ella… Duele y mucho.

-          Te comprendo. – y cortó la llamada.

Las lágrimas corrían por mis mejillas, sin parar. Ese día lo pasé muy, muy mal. Entre lágrimas y sollozos, acabé dormida.

***

-          ¿Cortaste con Dani, ¡mintiéndole!? – en la última palabra, gritó.

-          Si, Jenni. – asentí mientras desayunábamos en la hora del recreo.

-          ¿Y cuando se entere que estás allí?

-          Pues nada, él aprenderá a vivir su vida sin mí, igual que tú lo harás. – le sonreí.

-          Sí, pero me costará mucho, ¿eh? Tú siempre has sido mi mejor amiga y ahora me dejas… Tirada. – hizo un puchero y la abracé.

-          Si por mí fuera, me quedaría.

Dos días. Sólo faltaban dos días para despegar a Madrid e instalarme allí. En mi casa, si se podía considerar casa, ya estaban todas las cajas llenas, con ropa, objetos y otras cosas. ¿Muebles? Sólo yacían las camas, el resto lo llevaron a nuestra casa. El último día, invité a Jennifer a casa a dormir.  Nos pasamos horas mirando vídeos de nuestros youtubers favoritos. Ella estaba coladita por Alexby11 y Vegetta777, cosa que yo era Team Rubius y Mangel forevah’. Llegó la hora de acostarse y Jenni me hizo un pequeño escrito diciendo como lo había pasado conmigo todos estos años. Soltamos lágrimas de felicidad y tristeza, pero finalmente nos dormimos.

-          A levantarse, perezosas. Hoy es vuestro último día de clase. – nos despertaba mi madre abriendo la cortina, dejando entrar los rayos del sol.

Nos levantamos sin ganas. Nos aseamos y cogí un conjunto de una caja.

-          Oye, ___, ¿y esta ropa?

Me sonrojé. Era la ropa que quería estrenar a Madrid, empezar mi cambio de look.

-          N-n-nada. ¡Déjalo! – le dije mientras me quitaba la parte de arriba del pijama.

-          ¡Oh my god! Mírate, ___. ¡Tienes un cuerpo de miedo! – me inspeccionó con la mirada, parecía una violadora mirando todo mi cuerpo. - ¿Des de cuando estas… delgada?

Exacto, mi atuendo actual eran ropas anchas y no dejaba ver mis curvas, por eso, todo el mundo me decía gorda o foca. Pero como sabía que no era verdad, no me importaba.

-          ¡Cállate y vístete! – le ordene y me puse el conjunto.

___________

Hola, queridas lectoras :3 Falta poco para que Rubén aparezca hfsajkfasjdal 

Dedico este capitulo a Marina porque la quiero mucho. Muchas gracias por apoyarme siempre <3

¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Where stories live. Discover now