Capitulo 5:

94.9K 4.4K 1.3K
                                    

MARATÓN 2/?

Nos cambiamos, desayunamos y salimos hacia el colegio. Caminamos en silencio, no era incómodo. Jennifer se paró en seco mirando el suelo.

-          ¿Jenni? – pregunté intentándole ver la cara, pero todo su pelo cubría el rostro.

Estaba quieta, con los puños cerrados.

-          ¿Te das cuenta? Será la última vez que me quede a dormir a tu casa. Será la última vez que compartimos clase. La última vez que te ve…

-          No, nos veremos, eso está clarísimo. – la interrumpí. Esta vez, levantó la mirando y sus ojos estaban cristalizados. Sonreí levemente. – Tú no me quitarás de encima tan pronto, chiquilla. – la abracé y ella me correspondió. Cogí sus mejillas. – Vendrás a Madrid, o al contrario, yo vendré a Barcelona. Pero por favor, no me olvides. – besé su frente y sonrió. – Ahora vamos.

El último día de clases siempre es el peor de todos. Hicieron que nos sentáramos en círculo y nos daban charlas sobre la universidad, nos preguntaban que queríamos hacer y a cual iríamos. Todos lo dijeron hasta que me tocaba a mí. Mierda.  ¿Miento o digo la verdad?

-          ¿Y tú, ___? – me llamó el profesor, bueno, mi tutor.

-          Em… Diseño gráfico. – después de decirlo, se oyeron risas. Cerré los ojos fuerte, igual que mi mano.

El tutor hizo callarlos.

-          Universidad Nebrija, a Madrid. – todos callaron. Sonreí para mí.

-          Vaya, señorita Sénder, ¿y el cambio repentino de ciudad? – el profesor estaba impresionado.

-          Porqué no quiero sufrir más. – miré a todos los compañeros, que miraban a todas partes menos a mí.

-          ¿A qué se refiere?

-          Nada, profesor. – No sé ni porqué los encubrí, pero lo hice.

Jenni me dio un codazo y me susurró “Bien hecho”. Por una vez, sentí que lo había hecho bien por una vez. Las siguientes horas seguían siendo aburridas, pero mejor que las clases eran. No nos graduamos ya que lo hicimos hace dos meses, porque Dani se fue. Tocó la hora de salida y todos empezaron a abrazarse y lloraron. Yo estaba observándoles desde un rincón. Nadie vendría a despedirse de mí, o eso creía. Robert, el chico que se metía más conmigo, se acercó a mí sólo. Quedamos cara a cara. Temía que me insultara, pero no lo hizo, simplemente me abrazó.

-          Lo siento. – dijo a mi oído.

Nos separamos y lo miré confusa. ¿Ahora me lo decía?

-          Lo sé, sé que es tarde para decírtelo pero tengo que hacerlo. – miró al suelo. – Siento que te vayas por todos nosotros.

-          Lo hecho, hecho está. Pidiéndome perdón no harás que no os odie. – dije seca.

-          Tienes derecho a odiarnos, sólo queremos tu perdón. – se giró e hizo un gesto al resto de la clase para que se acecaran a nosotros. Me rodearon, quedándome al medio.

-          Lo sentimos. – dijeron a coro.

Me quedé quieta. ¿Por qué ahora?

-          ¿Por qué? ¿Por qué cuando todo el dolor está hecho? – lágrimas empezaron a salir. Todas esas ganas de llorar que reprimía tras los insultos, al fin salieron.

Me arrodillé al suelo llorando mientras la multitud empezaba a murmurar cosas. Noté unos brazos abrazarme. Jennifer.

-          Vámonos. – asentí y nos levantamos de allí, pero los compañeros impedían el paso. – Apartaros, idiotas. – se rebeló Jenni y le hicieron caso.

Salimos del colegio. Lo miré. Esa sería la última vez que lo vería, no sufriría una más.

-          Ven. – dijo mi amiga y me abrazó con fuerza. – Debemos irnos pronto a tu casa para llevar todo al avión.

-          Vale. – fue lo único que pude decir.

Después de un corto camino, llegamos al destino. Observé la casa como el colegio. Echaría de menos esta casa. Aquí pasé los mejores de mi vida. Sonreí y entramos. Al verme, mis padres me abrazaron y les explique lo ocurrido.

-          ¿Seguro que ya estás bien? – repetían.

-          Por décima vez, sí. Ya no los veré más, así que perfecto para mí.

Tras decir eso, empezamos a poner las últimas maletas a un taxi. Las cajas y todo ya estaba a Madrid. Mi amiga se sentó detrás del taxi junto a mí, su expresión era de tristeza. Le cogí la mano y le sonreí de lado, se la notaba nerviosa. Llegamos al aeropuerto y aún faltaban dos horas para que nuestro avión despegara.

-          Puedes irte, si quieres. Dos horas son mortales para esperar. – le dije a mi mejor amiga.

-          Si te he acompañado hasta aquí será para algo, no para irme ahora.

Mi familia y nosotras nos sentamos para esperar. Estuvimos callados todos, no nos apetecía hablar. No aguanté el silencio y tenía hambre.

-          Tengo hambre, voy a comer algo. – me levanté y Jenni me siguió.

-          Voy contigo. – asentí y sonreí. Al estar bastante lejos de mis padres, habló. – Quiero aprovechar los últimos minutos con mi mejor amiga.

Dios, eso me hizo llorar. No, joder, últimamente era una sensible, pero odiaba las despedidas.

-          Te quiero mucho, ___ - dibujó una sonrisa sincera en su rostro.

__________

Oh seeeeeh! Estoy escribiendo mucho, lo sé. Pero es que me encanta esta historia *-* espero que a vosotros tambien^^ 

¿Los sueños se cumplen? (ElRubius y tu)Where stories live. Discover now