Entregando cuerpo y alma...y unos cuantos rasguños

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Creo que no les había avisado que vendría algo de... ¡CofLemonCof! Lo siento, lo olvidé por completo xD De hecho al estar corrigiendo el cap, me puse un poco nerviosa :$ Si ustedes no les gusta eso, entonces pueden saltarse esa parte, inicia con esto **** (son asteríscos, espero que aparezcan o.o) 

Ahora lean ;)

Entregando cuerpo y alma…y unos cuantos rasguños

Como empezaba a oscurecer, mi mamá hizo lo que toda mamá haría por su hija en ese momento, un fiesta de pijamas. Me invitó, o más bien me obligó a que me quedara a pasar la noche ahí, en mi antiguo hogar. No puse objeciones ni pretextos, la verdad era que estaba muy cansada y no tenía deseos de conducir a altas horas de la noche para forzar mi vista. Acepté con gusto mientras que mi dulce y carismáticamente madre, comenzaba a soltar chistes totalmente carentes de gracia, sin embargo, me reía a carcajadas, no porque fueran buenos sino por la expresión de su rostro al contarlos. Su risa era tan contagiosa que por un momento me dolieron los pulmones.

Me dejó dormir en su gigantesca cama, como cuando era pequeña. Puso unas cuantas películas, las cuales por supuesto no vi, porque me quedé dormida en menos de diez minutos. Lo último que sentí, fueron sus dedos en mi cabello, acariciándolo suavemente, acelerando mi caída a los brazos de Morfeo.

Desperté tranquilamente, totalmente descansada como pocas veces amanecía. Estiré mis brazos, mis piernas y mi espalda hasta que mis músculos atrofiados volvieran a la normalidad. Restregué mis ojos y busqué a mi mamá en la habitación, no estaba. No me alarmé ya que sabía que ella era de esas mujeres que les encanta madrugar a hacer cosas productivas. Totalmente opuesta a mí.

Me levanté perezosa y zigzagueante a tomar un baño. Al terminar, me envolví en una toalla y caminé hasta mi habitación para tomar alguna ropa que todavía quedaba guardada para casos como estos.

Agradecí internamente cuando miré un conjunto de ropa nueva encima de las demás, como si gritara “Tómame”, y así lo hice. Chisté emocionada y nostálgica pensando desde cuando habría comprado ésta ropa que me quedaba a la perfección. Sin duda tenía un buen ojo con mis gustos y mi figura. Era un lindo jean obscuro a la cadera, dejando expuestos mis hoyuelos de la espalda baja, junto con una blusa blanca con líneas verticales grises tipo top, con botones falsos. Combinándolo con una chaqueta negra de cuero sintético que me llevaba a la mitad de la cintura. Era muy lindo.

Mi mamá era muy precavida, siempre tenía un plan B, C y D para cualquier situación. Ninguna cosa la tomaba desprevenida. Quizás era muy inteligente o muy positiva que siempre buscaba una manera de resolver los problemas. O tal vez era muy desinteresada que tomaba las cosas a la ligera. Cualquiera que fuera la causa, todo salía bien estando junto a ella, y por eso mismo, me sentía muy segura a su lado.

Bajé e inmediatamente escuché los sonidos de la cocina.

—Bueno días, mamá —saludé alegremente.

—Buenos días, cariño —sonrió cerrando los ojos y alzando las mejillas, haciendo notar las pequeñas arrugas de sus ojos que la hacían lucir más encantadora —. Ya casi está el desayuno: Pan francés, waffles, tostadas y jugo de naranja, ¿te parece bien?

—Me parece genial. —Le giñé el ojo y comenzamos a desayunar.

Estuvimos platicando y riendo de trivialidades, completamente acostumbradas a nuestra presencia. Todo estaba tan normal hasta que mencionó al Innombrable.

 

—¿Y cómo va todo con Ángel? —preguntó cómodamente sin saber nada de lo ocurrido entre nosotros.

Doctora CorazónWhere stories live. Discover now