Sorpresas Navideñas

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Sorpresas Navideñas

Ailyn POV

—Navidad, navidad, hoy en navidad, es un día de alegría…. y felicidad ¡eh! —Sherly cantaba a todo pulmón canciones navideñas y aunque no tuviera buen ritmo, la letra de sus canciones fueran equivocadas, no estuviera muy afinada y que a veces se le olvidaba la tonada o cambiara su género a rap, no importaba, porque cantaba con pasión pura que nos trasmitía ese sentimiento cálido en el pecho que siempre se siente cuando vienen las épocas decembrinas.

Todas estábamos preparando nuestras maletas, ya que las tres nos iríamos a pasar la navidad y unos cuantos días con nuestras familias. Por un lado era triste alejarme de ellas pero también me sentía feliz y extramente entusiasmada por volver con mi mamá.

—Lástima que otra vez no pasemos la navidad juntas —suspiré guardando las últimas prendas y tratando de cerrar la maleta subiéndome arriba de ella.

—Lo sé, pero tampoco podemos dejar a nuestras familias —respondió Katherine con una pequeña mueca mientras se sentaba a descansar en un sillón, sus pertenencias estaban listas desde hace una hora.

—Cierto… Pero quiero mi regalo cuando regrese —continué con una leve sonrisa. De repente la mente de Sherly se abrió sorpresivamente al recordarlo.

—¡Yo también quiero mi regalo! —Se levantó de un brinco de la mesa y nos señaló amenazadoramente con un dedo—. ¿Saben lo que me gusta verdad? —preguntó con suspicacia.

—La ropa —contestamos Katherine y yo al mismo tiempo.

—¡Sí! Que sea linda ¿ok? —sonrió alegremente mientras se acostaba en el sillón. Ella no tenía nunca maleta lista, ya que decía que allá compraría todo lo que le hiciera falta, aparte de que en su habitación tenía ropa hasta de sobra, eso era lo bueno de tener una familia de muy buen alto prestigio y con dinero que hasta se salían por las orejas.

Tomé un poco de aire y brinqué encima de mi maleta hasta que por fin se cerró. Sonreí triunfante.

—Estúpida maleta, ¿crees que podías más que yo? ¡Ja! Ya ves que no. —Le hablé a un objeto inanimado mientras ponía mi pose de superioridad—. ¡Ya terminé! —avisé para que contemplaran mi exitoso trabajo.

—Ya era hora, tu mamá dijo que llegaría a las 4… Son las 5:30 ¿Qué le habrá pasado? —Katherine preguntó con algo de preocupación.

Yo solo alcé los hombros.

—La puntualidad nunca ha sido lo suyo… Creo que me lo heredó, pero yo sé manejarlo mejor —agregué sentándome en una silla cuando escuché la bocina muy a lo lejos—. ¿Escucharon eso? —pregunté agudizando mi oído.

—Sí, suena como la bocina de un auto —continuó Sherly con una mueca de confusión.

—Sí, tienes razón… —Kath se levantó y abrió la ventana para ver de quien se trataba.

Todas nos asomamos y vimos una camioneta Escape blanca tratando de estacionarse mientras le pitaba sin descanso a otro carro negro quien interrumpía su paso.

—¡Muévete! ¡Trato de estacionarme o estás ciego! ¡Quítate de en medio! —escuché una voz conocida saliendo de esa camioneta, enseguida una sonrisa se formó en mi rostro.

—Sí, es mi mamá —informé estirándome aun más para tratar de verla.

Mi mamá hacía ronronear el motor de su auto para tratar de intimidar al estorbo que tenía en frente. Éste se limitó a salir quemando llanta de ahí. No sabía mucho de autos, ni mucho menos de marcas o modelos, pero de que conocía ese auto negro, lo conocía, y estaba segura de que era un Avenger.

Doctora CorazónWhere stories live. Discover now