Desde otra perspectiva

14.2K 887 73
                                    

 

Desde otra perspectiva

Acomodé mi cabello, retoqué mis labios, respiré profundo y me mentalicé para atreverme a hacer lo que tenía planeado. Esto sería una de las cosas más difíciles que haría y tenía que hacerlo bien, era hora de sacar mi lado artístico superando a cualquier persona incluso a los patéticos de American Idol. Esto no era un concurso, ni mucho menos un juego, tenía que poner toda mi disposición y fingir lo mejor posible, aunque deseara destrozar el rostro de Wilson Samuels contra un cristal.

—Demonios… Vamos, tú puedes. —Me apoyé mientras miraba disimuladamente el interior de la tienda para observar sus movimientos.

Estaba parado frente a un estante de revistas, esas de chismes y farándula, donde las mujeres pasan riendo y probando milagrosos tips de belleza que solo acaban arruinando su rostro.  Y por supuesto, donde también había revistas para adultos, y todas esas cosas de sexualidad junto con una modelo con escasa ropa… Sólo faltaba que se les ocurriera poner una sección de rasca y huele.

Sabía que me arrepentiría junto en el momento de estar actuando junto a él como una mujerzuela con falta de cariño, pero era necesario para obtener información antes de pasar a lo precipitado y echarle en cara que él era el que había asesinado a mi padre. Pero lo más preocupante, era que pudiera reconocerme de aquella vez en que me había visto con Ángel. Esperaba que su memoria fuera tan pequeña como la de un elefante, o simplemente ignorara la discusión que había tenido con mi…ex novio.

—Es la hora, lo harás bien —exhalé y me dispuse a caminar contoneando mis caderas hasta colocarme a su lado, mirando entretenidamente unos vestidos exageradamente atrevidos y con suficiente tela para cubrir a una niña de cuatro años.

—¡Wow, pero que lindo vestido! —alabé con voz chillona como adolescente tomando un vestido color melocotón. Notando que el hombre a mi costado se giró a analizarme —. ¡Argh! ¡Rayos! ¿Por qué vine sola? No hay nadie que me dé su opinión —solté un pequeño gemido resignado y me obligué a posar con sensualidad.

Creo que sólo me faltaba el letrero de “Se vende” colgado en el cuello.

—Lástima, creo que tendré que dejarlo… ¡Ah, pero en verdad me gusta!

Era patética, bueno no lo era pero a los ojos de ese hombre quizás sí. Para él, era una chica patética, solitaria, con un pronunciado escote y necesitada de amor, y por supuesto, él no se resistiría a flirtear y ayudar a una princesa en apuros.

—Disculpe señorita, ¿la puedo ayudar en algo?

“Y cayó” sonreí y mascullé en mi interior mirándolo de soslayo. Tuve que reunir todo mi autocontrol en un solo punto que era mi puño, porque de lo contrario, Wilson yacería en el suelo con la nariz teñida en sangre.  

—¡Oh, no! No quiero causar molestias. Estoy bien, gracias —sonreí a duras penas mientras miraba al sujeto a escasos centímetros. Su mirada era profunda, enigmática y hasta sombría, pero se notaba demasiado solitario. Su mandíbula firme y de cejas pobladas tan negras como su cabello. Y su rostro, indudablemente familiar. Al parecer, no me había reconocido.

Aunque no lo deseara, era inevitable sentir tristeza y furia al observarlo tan despreocupado, arrogante y lleno de descaro atreviéndose a coquear conmigo teniendo, quizás, la mitad de un siglo. Si sólo el desgraciado supiera de quien era hija.

—En serio, no es ninguna molestia, con gusto ayudaría a una chica tan linda como tú —rió de lado y me recorrió con la mirada.

Me tensé pero me obligué a sonreírle como toda una zorra.

Doctora CorazónOn viuen les histories. Descobreix ara