Corazones rotos

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Corazones rotos

 

Katherine POV

—¿Qué están haciendo ahora? —pregunté mordiéndome las uñas mientras venía a Sherly con unos binoculares asomarse por la pequeña ventana.

—Ella le grita—respondió con pocos detalles, haciendo que me pusiese ansiosa.

—¿Y qué más hace? —presioné tratando de mirar yo también por la ventana, sin embargo, no lograba ver bien sus facciones.

—Agita los brazos… Él también responde gritando. —La voz de Sherly se alteró y sentí un escalofrío en la espalda —. Se ve mal.

—Muy mal. ¿Ángel se ve muy molesto?—inquirí aguantando la respiración.

—Eso creo… —susurró no muy convencida para luego gritar emocionada —. ¡Ay! ¡Mira un camioncito de helados!

Casi me caigo de espaldas al escucharla, ¿cómo podía ser tan distraída? A veces era divertido pero en ocasiones como éstas, sólo te hacía alterarte.

—Dame acá… —Le arrebaté los binoculares y los observé minuciosamente —. Ángel se ve muy enojado —determiné con un simple vistazo. Estaba claro que la situación no la estaba tomando muy bien, sino pésimo.

—¿Y Ailyn?

—Se ve triste y furiosa —concluí sin mucho optimismo.

—¿Cómo cuando murió nuestro gato y creyó que una de nosotras lo había asesinado? ¿O cómo cuando perdió ese bolso Louis Vuitton en el juego de póker? —consideró con una mano en la barbilla.

—Creo que ninguna de las dos. Nunca la había visto así. Usualmente cuando un hombre le grita, ella le da una patada en la entrepierna o le pica los ojos… Lo que me hace pensar que ahora ella se siente culpable y por eso soporta los gritos.

Ailyn parecía querer gritar y descargar su ira contra Ángel, sin embargo, se mantenía a raya, solo apretando los puños y dientes. Lo miraba con rencor y decepción, y Ángel no se quedaba atrás, ambos tenían la misma expresión ofensiva y defensiva.

Analizando y creando teorías de acuerdo a su modo de actuar; suponía que ambos tenían una gran cantidad de ira acumulada, ya que ambos atacaban verbalmente y se defendían con la misma fiereza… y si seguían así, nadie ganaría y acabarían destruyéndose uno al otro.

—Eso es tonto, yo le hubiera dado aun así la patada —bufó Sherly.

—¿Se la darías a tu novio? —inquirí alzando una ceja.

—¡No! Pobre de mi Jeremy, no quiero arruinar nuestra descendencia. —Se alarmó y se lleno las manos al corazón con una expresión dramática.

Rodeé los ojos al contemplarla.

—Ailyn es buena… aunque a veces tenga un extraño sentido del humor, creo que respeta mucha la justicia. Ella sabe que hizo mal al acostarse con Dylan y supongo que de alguna forma acepta eso como castigo —bajé los brazos al mismo tiempo que suspiraba. Aunque no quisiera, esto me afectaba de sobremanera.

—No quiero que terminen, hacen bonita pareja. Aparte era agradable ver a Ailyn enamorada.

—Es cierto —coincidí —. ¿De qué estarán hablando? O mejor dicho discutiendo.

Justo cuando quise volver a tomar los binoculares, Sherly me los quitó y se apresuró a curiosear. Se mordió la lengua y acercó su cabeza hasta que la lente chocó contra el cristal.

Doctora CorazónWhere stories live. Discover now